El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha presentado en la Cumbre de Biodiversidad que se celebra hasta el 29 de octubre en Nagoya (Japón) el informe de Economía de los Ecosistemas y Biodiversidad (TEEB, por sus siglas en inglés). Según el trabajo que ha evaluado el valor económico de los bosques, el agua dulce, los suelos y los arrecifes de coral, y los costes sociales y económicos de su pérdida, la riqueza natural del mundo tiene una importancia económica que debe estar en el punto de mira político.
“El informe TEEB ha documentado no sólo la importancia multibillonaria del mundo natural en la economía global, sino también el tipo de cambios en políticas y el tipo de mecanismos inteligentes de mercado que pueden integrar nuevas ideas en un mundo cercado por un número creciente de múltiples desafíos”, ha explicado Pavan Sukhdev, líder del estudio y banquero que dirige la Iniciativa de Economía Verde del Programa del PNUMA.
Según Sukhdev, “la buena noticia es que muchas comunidades y países ya están viendo la posibilidad de incorporar el valor de la naturaleza en la toma de decisiones”. El informe ha tardado dos años en elaborarse y cientos de expertos de todo el mundo han participado en su realización.
El estudio TEEB pretende el reconocimiento local y nacional la contribución de la naturaleza para la supervivencia, la salud, la seguridad y la cultura. También promueve la demostración, y la captura de los valores económicos de los servicios de la naturaleza a través de una serie de instrumentos y mecanismos de política.
Según el informe, existen tres escenarios: un ecosistema natural (bosques), un asentamiento humano (ciudad), y un sector empresarial (minería), a través de los cuales se ilustra cómo los conceptos económicos y herramientas pueden ayudar a proporcionar a la sociedad los medios para incorporar los valores de la naturaleza en la toma de decisiones a todos los niveles.
“El Enfoque TEEB puede restablecer la brújula económica y anunciar una nueva era en la cual el valor de los servicios de la naturaleza se hace visible y se convierte en una parte explícita de la política y la toma de decisiones empresariales. De no hacer nada, perdemos billones de dólares en beneficios actuales y futuros para la sociedad, y también se empobrecerán aún más a los pobres y pondremos en riesgo a las futuras generaciones”, añade Sukhdev.
La naturaleza, crucial para la prosperidad y el desarrollo
Con más de la mitad de la población humana viviendo en áreas urbanas, las ciudades tienen un papel “crucial” a la hora de reconocer el capital natural necesario para mantener y mejorar el bienestar de sus residentes. Políticas e instrumentos económicos que recompensan las buenas prácticas están emergiendo.
Un hallazgo importante de muchos estudios revisados por TEEB es la contribución de los bosques y otros ecosistemas a la subsistencia de los hogares rurales empobrecidos, y el significativo potencial de los esfuerzos de conservación para contribuir a la reducción de la pobreza.
Se ha estimado que los servicios de los ecosistemas y otros bienes naturales no-comercializados representan, en algunos países grandes en vías de desarrollo, entre el 47 y el 89% del conocido como “PIB de los pobres” (el PIB efectivo o el total de las fuentes de medios de subsistencia de los hogares pobres rurales y los que viven en los bosques).
“En el pasado, sólo los sectores tradicionales como la manufactura, la minería, el comercio minorista, la construcción y la generación de energía se encontraban en la mente de los planificadores económicos y de los ministros de finanzas, el desarrollo y el comercio. TEEB demuestra que los bienes y los servicios de la naturaleza son más relevantes para la riqueza de las naciones”, señala Achim Steiner, subsecretario general de Naciones Unidas y director ejecutivo del PNUMA.
Si negocios como la minería no cuentan con el valor del capital natural, puede haber “importantes” riesgos sociales y económicos. La consultora británica, TruCost, estimó que los impactos negativos, o “las externalidades ambientales”, de las 3.000 empresas listadas como las más importantes alcanzan un total de 2.200 millones de dólares al año.
El Impacto Neto Positivo, la mitigación de los humedales y el Bio-banco son iniciativas que podrían asegurar que las empresas asuman la responsabilidad de su huella ecológica.
Según el trabajo, con opciones de compra más verde, el sector empresarial también podría obtener ganancias considerables: para 2020 se espera que el volumen de mercado anual de productos agrícolas certificados alcance los 210.000 millones de dólares, los pagos por los servicios hidrológicos de los ecosistemas alcanzarán los 6.000 millones de dólares, y las compensaciones voluntarias por biodiversidad en la región, los 100 millones de dólares al año.
Países como India ya están tomando medidas para adoptar el enfoque TEEB. En 2007 la Comisión Europea, que ha apoyado el proyecto desde su inicio, y Alemania ya vieron los beneficios del estudio TEEB en la reunión de Ministros de Medio Ambiente del G8+5, en Potsdam (Alemania).
“Tenemos la intención de poner en marcha un estudio para examinar en detalle la evidencia en el contexto europeo y las áreas de aplicación de los análisis desarrollados por TEEB en nuestras políticas. La Comisión también está dispuesta a apoyar las iniciativas de otros países, en particular los países en desarrollo, para demostrar los beneficios y costes de invertir en la gestión de los servicios de la biodiversidad y los ecosistemas”, destaca Janez Potocnik, comisario europeo de Medio Ambiente.