Zonas afectadas por la actividad minera de las comarcas de Riotinto (Huelva) y Alquife (Granada) se verán sometidas a un proyecto de recuperación medioambiental basado, entre otras soluciones, en la plantación de especies vegetales capaces de absorber los componentes quimicometálicos de sus suelos.
La fitorrestauración de las áreas de escombreras procedentes de la explotación minera se viene realizando desde hace tiempo pero cada vez se exige más el uso de planes que tengan en consideración el suelo como recurso. Para ello, un grupo de investigación de la Estación Experimental del Zaidín (CSIC) propone estrategias compatibles con la sostenibilidad económica y natural basadas en implantación de las especie vegetales de importancia ecológica y económica en combinación con “catalizadores” para la absorción de los nutrientes y con el material de deshecho industrial disponible en las cercanías de la mina.
Es decir, se utilizarán las enmiendas orgánicas oportunas y de biofertilizantes como restituyentes orgánicos y microbiológicos para mejorar las condiciones físicas y químicas específicas para cada suelo y favorecer su revegetación.
El proyecto de Excelencia, en la modalidad de motriz, de la Junta de Andalucía, Recuperación de antiguas explotaciones mineras de Andalucía con vistas a su recuperación medioambiental y posible reconversión económica y paisajística; una aproximación multidisciplinar e integradora tendrá una duración de tres años y un incentivo de la Consejería de Innovación de 327.423,68 euros.
Para los investigadores “la reactivación de terrenos baldíos en regiones minero-industriales constituye un problema de enorme repercusión económica y social por los diferentes procesos que implican. La toma de conciencia medioambiental y la nueva consideración del suelo como recurso toman acogida en una nueva concepción de la reutilización de los espacios abandonados”, aseguran.
Para la puesta en marcha de este proyecto, la empresa granadina spin-off del CSIC Mycovitro, trabajará en la producción de inoculantes micorrícicos ecológicos, es decir, soluciones naturales basadas en micorrizas, aquella asociación entre hongos y microorganismos del suelo que aporta a la planta y al suelo la resistencia, los nutrientes y la ‘salud’ que necesitan. También utilizarán plantas premicorrizadas para la rehabilitación dirigida de suelos degradados y de difícil recuperación medioambiental. Según aseguran los expertos, “en este contexto, la reinstauración de la vegetación, ya sea autóctona original (restauración), ya sea de otra alóctona que se introduzca con otros fines (recuperación), juega un papel fundamental en la contención de los procesos de degradación, actuando como manto protector del suelo frente a la erosión e interviniendo en el ciclo hidrológico”.
“En ocasiones se plantea la conservación de estos espacios dentro de su un entorno paisajístico y arquitectónico con objeto de mantenerlos como muestra de la organización territorial del pasado histórico industrial, como es el caso de Riotinto (Huelva), declarado BIC (Bien de Interés Cultural) por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía”, prosiguen.
Otros usos
Otra opción, no obstante, y que podría ser complementaria a la anterior, sería la rehabilitación o recuperación del espacio para nuevos usos combinando: explotación agronómica y ocio, que aporten un impulso a la economía local derivado de la reutilización de estos espacios actualmente baldíos.
Los investigadores consideran que esta opción podría ser la indicada para la recuperación medioambiental de la cuenca minera de Alquife (Granada). “Las minas de hierro, de cuya explotación se tienen vestigios desde tiempos prehistóricos y de la que a mediados del siglo XX provenía el 40% del hierro que abastecía a España, dejaron tras su cierre por quiebra una zona socialmente deprimida, de escasa actividad industrial y empresarial y elevada tasa de emigración, y medioambiental y visualmente muy degradada”, aclaran.
Una posibilidad interesante en este sentido es la reconversión de esas áreas mineras en explotaciones agrícolas de alta calidad. Como ejemplo, la empresa onubense Ríotinto Fruit, integrada en el grupo empresarial andaluz Five Senses, ha hecho de la antigua comarca minera de RíoTinto y su entorno una enorme explotación frutícola que llevará a la comercialización esta temporada de unas 40.000 toneladas de naranjas y mandarinas.
Esta compañía tiene en la actualidad una superficie cultivada de 1.505 hectáreas, que aumentará hasta las 3.000 hectáreas para alcanzar una producción de aproximadamente de 100.000 toneladas de fruta en el 2010, lo que supondría un aumento de unos 1000 puestos de trabajo, generando una importante activación económica en la zona. Otras alternativas de recuperación de estas áreas incluyen el establecimiento de parques temáticos, centros de interpretación, zonas de ocio (campos deportivos, actividades ecuestres, etc) que reintegren la ordenación medioambiental de la zona y su sostenibilidad económica y natural.