El Laboratorio de Teledetección (Latuv) de la Universidad de Valladolid participa en el proyecto del VII Programa Marco de la Unión Europea Safer (Servicios y Aplicaciones de Respuesta ante Emergencias), que utilizará la tecnología de satélites y radares para actuar de forma rápida en caso de terremotos, corrimientos de tierra, incendios, inundaciones, erupciones volcánicas o crisis humanitarias. El vallisoletano trabaja en la parte de detección y seguimiento de incendios en colaboración con la empresa pública INSA (Ingeniería y Servicios Aeroespaciales) y la multinacional Infoterra.
José Luis Casanova, responsable del Laboratorio, apunta que el proyecto es la continuación de otro llevado a cabo anteriormente en la misma línea, el denominado Preview del VI Programa Marco (desarrollado entre 2005 y 2008). “Se trata también de prevenir y mitigar los riesgos de catástrofes naturales utilizando la observación espacial, pero en esta ocasión se pretenden ajustar los algoritmos para hacerlo más operacional”, detalla el investigador.
Así, el proyecto Safer busca solucionar una de las mayores trabas con que se cuenta en la actualidad, como es la escasez de mapas actuales de gran parte de la Tierra que muestren las infraestructuras existentes, como las carreteras, lo que dificulta la planificación de respuestas inmediatas. Para ello, 55 socios con más de 27 millones de euros de presupuesto emplearán la tecnología satelital para crear imágenes detalladas. Los trabajos, que dieron comienzo en 2009, se extenderán durante tres años.
En el caso de los incendios, uno de los retos se centra en obtener imágenes precisas, puesto que el humo dificulta la visión. Tal y como señala Casanova, el Latuv es capaz de emitir avisos de incendio y suministrar las coordenadas donde se desata mediante las imágenes que reciben de los satélites Modis y Meteosat.
Potencia del fuego
Por otro lado realizan un seguimiento, que consiste “en calcular en cada momento cuánta superficie está ardiendo, cuál es la temperatura del fuego cada 15 minutos y, lo más importante, la potencia que emite el fuego, también cada 15 minutos”. Este último dato, como recalca el investigador, es muy relevante dado que determina el riesgo que existe para las brigadas, actúa como elemento de control del potencial destructivo del fuego y facilita la gestión del incendio, como es el envío de equipos de extinción. Por otro lado, permite seguir el incendio por la noche, “ya que donde la potencia es menor el fuego se está apagando y donde es mayor arde más”, lo que posibilita realizar previsiones fundadas.
Para realizar estas mediciones, el grupo cuenta con una antena receptora Modis, instrumento que viaja a bordo de los satélites de Terra y Aqua cuya gran resolución permite obtener datos sobre incendios forestales, inundaciones, clima o temperatura y vapor de agua. Se trata de un satélite polar, es decir, pasa dos veces al día por los polos, “pero como existen varios se pueden tener cuatro o seis pasos al día”, concluye Casanova. A su vez, el grupo dispone de una antena de recepción del satélite geoestacionario Meteosat, que se encuentra fijo a 36.000 kilómetros de la Tierra y envía imágenes cada 15 minutos.
Finalmente, reciben imágenes de cinco satélites NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos) y de un satélite chino Feng Yun. Con estos elementos, el Latuv puede “avisar de un incendio en muy pocos minutos después de recibir la imagen, en apenas cinco”.
En este sentido, han implementado un software específico y poseen un cluster de ordenadores de gran potencia. “Las imágenes están constantemente recibiendo y viéndose, se almacenan, y cuando hay que tratarlas salen a cadenas de procesado y se obtienen productos que se envían al cliente”, concluye Casanova.