Los artículos se publican en la revista 'Child Development'

Estudian los efectos de la guerra en antiguos niños soldado

Dos investigaciones, una de la Universidad de Hardvard (EEUU) y otra de la Universidad de Hamburgo (Alemania), han estudiado cómo afrontan su regreso a casa los niños de la guerra . Ambos trabajos revelan que las particulares que presentan las comunidades a las que retornan estos niños son vitales para su adaptación.

Estudian los efectos de la guerra en antiguos niños soldado
Más de 250.000 niños combaten como soldados en 86 países por todo el mundo. Foto: Pierre Holtz.

A pesar de las prohibiciones internacionales, más de 250.000 niños combaten como soldados en 86 países por todo el mundo, la mitad de ellos en África.

Investigadores de la Universidad de Harvard (EEUU) han descubierto que los antiguos niños soldado de Sierra Leona que vivían en comunidades en las que se sentían aceptados se mostraban menos deprimidos y gozaban de mayor confianza en sí mismos. Además, los niños que conseguían asistir con regularidad a la escuela mostraban comportamientos y actitudes más positivas.

“No obstante, estos factores protectores no consiguen compensar completamente el trauma asociado a la guerra que los niños experimentaron”, afirma la investigación.

Por otro lado, en un segundo estudio, en este caso de la Universidad de Hamburgo (Alemania), los investigadores hallaron que los antiguos niños soldado de Uganda que mejor se adaptaban eran aquellos que regresaban a comunidades y hogares menos violentos. “Estos niños también tenían menos sentimientos de ‘culpa del superviviente’, menos motivaciones para buscar venganza, mejores situaciones socioeconómicas y una percepción de un mayor apoyo espiritual”, señala el trabajo.

Ambos estudios aparecen en una sección especial sobre niños y desastres en el último número de la revista Child Development.

Secuelas de los niños soldados de Sierra Leona

Durante la guerra civil de Sierra Leona de 1991-2002, miles de niños, algunos de no más de 7 años, fueron reclutados por fuerzas de combate y grupos paramilitares. Como resultado, estos niños y niñas fueron testigos de ejecuciones, matanzas perpetradas por escuadrones de la muerte, torturas, encarcelamientos, violaciones y masacres de familiares.

El estudio estadounidense, desarrollado entre 2002 y 2004, se centró en estos niños soldado. Los expertos realizaron un seguimiento de dos años de 150 niños con edades comprendidas entre los 10 y los 15 años, en su mayoría varones.

“Todos los antiguos niños soldado habían estado expuestos a elevados niveles de violencia, como masacres o asaltos a pueblos. Más de un tercio de las chicas revelaron que habían sido violadas, y casi una cuarta parte tanto de chicos como de chicas confesaron haber herido o matado a alguien”, asegura el estudio.

"Ser testigos de la violencia general de una guerra, aunque muy habitual, no tuvo un gran efecto sobre la adaptación psicológica y social de los niños a lo largo del tiempo", declara Theresa Betancourt, directora del estudio e investigadora en la Harvard School of Public Health. "Por contra, los efectos derivados de las violaciones y de herir o matar a otras personas sí se prolongaron más".

Los autores recomiendan que se preste una especial atención a los niños afectados por la guerra con una acumulación de factores de riesgo tóxicos y pocos recursos protectores.

“Los servicios sociales y de salud mental para los jóvenes afectados por la guerra en Sierra Leona están muy limitados a día de hoy. La carencia de atención específica para aquellos que necesiten ayuda continuada podría derivar en consecuencias sociales de un alcance mucho mayor cuando esta generación alcance la edad adulta”,

Los niños del “Ejército de Resistencia del Señor”

Se estima que, desde finales de los años 80, en Uganda del norte, 25.000 niños y adolescentes fueron reclutados por la fuerza por el “Ejército de Resistencia del Señor”.

En el segundo trabajo de investigación, los expertos de la Universidad de Hamburgo (Alemania) examinaron a 330 antiguos niños soldado ugandeses con edades comprendidas entre los 11 y los 17 años que residían en un internado estatal diseñado para prestar apoyo a los niños traumatizados por la guerra. De media, estos niños regresaron de los grupos armados tras 30 meses y el estudio se realizó 4 meses después de su llegada al internado.

“Casi todos los niños habían estado expuestos a tiroteos y palizas por parte de fuerzas armadas, más de la mitad habían matado a alguien y más de una cuarta parte de ellos habían sido violados”, señalan los investigadores.

Según el estudio, un tercio de los niños sufrían trastorno de estrés postraumático, más de un tercio estaban deprimidos, más de la mitad exhibían problemas emocionales o conductuales y los niños de más edad tenían más problemas de salud mental que los más pequeños.

“Cerca de un 90% de los niños soldado seguían expuestos a la violencia cuando regresaban a sus hogares, padeciendo castigos corporales, quemaduras, encierros y violaciones, y dos tercios de ellos sufrían importantes problemas de salud mental”, asegura la investigación.

“En Uganda, un país en el que sólo existe un psiquiatra por cada 1,3 millones de habitantes, la formación de profesionales de salud mental y la creación de programas de intervención sostenibles son necesidades urgentes”, concluyen los investigadores.

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Referencia bibliográfica:

TP Williams, RT Brennan, TH Whitfield, M. de la Soudiere, J. Williamson, SE Gilman, F. Klasen, G. Oettingen, J. Daniels, M. Post, C. Hoyer, H. Adam, TS Betancourt “Summarized from Child Development”, Child Development 81 (4) julio –agosto 2010.

Fuente: SINC
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