Un estudio revela que los hijos adultos de los británicos ayudan a sus padres mayores más que lo hacían en el pasado. Los mayores son atendidos por sus hijos adultos independientemente de su estado civil. Estos resultados contrastan con los de otros países como EE UU, donde los padres divorciados ven menos a sus hijos y reciben menos ayuda de éstos.
En el Reino Unido, un padre que viva solo tiene más probabilidades de recibir ayuda de sus hijos que los padres con pareja. Además, los hijos prestan más ayuda a medida que los padres envejecen y empeora, con ello, su estado de salud. Por cada año más de los padres, tanto la figura paterna como la materna tienen un 9% más de probabilidades de recibir ayuda de los hijos que no viven en el mismo domicilio.
Así, los padres con problemas de salud tienen un 75% más de probabilidades de ser ayudados por sus hijos que aquellos que no tienen dicho problemas. Curiosamente, los padres divorciados reciben más ayuda de sus hijos que si estuvieran viudos, aunque ambos grupos son más ayudados que si todavía tuvieran pareja. Los resultados muestran que los padres con más hijos reciben más ayuda. Sin embargo, los hijastros son los que ayudan menos a sus padres.
La investigación fue llevada a cabo por un equipo del Instituto de Gerontología del King’s College de Londres. Este equipo analizó los datos de una encuesta anual en la que participaron más de cinco mil hogares británicos desde 1991 hasta 2003. Compararon esta información con una encuesta realizada a más de 3.500 personas en edad de jubilación (55-69 años) en 1988 y con una encuesta a familias italianas.
Los investigadores, dirigidos por Karen Glaser, observaron que los hijos ayudan ahora más a sus padres que en el pasado. En 1988, el 34% de los padres con edades comprendidas entre 61 y 69 años recibían ayuda regular o frecuente de sus hijos. En 2001-2002, esta cifra había aumentado hasta el 43%.
Casi dos tercios de los padres de más edad (70 años o más en 2001-2002) recibían ayuda de sus hijos. Esta ayuda incluía habitualmente llevar en coche (44% de los padres), ayudar en las compras (32%), decoración, jardinería o reparaciones caseras (25%), llevar comida o cocinar (17%), ocuparse de asuntos personales (16%) y/o lavar, planchar o limpiar (11%).
“Nuestra investigación disipa el mito de que en la Inglaterra moderna cada vez se presta menos atención al cuidado de los mayores”, señala la doctora Glaser. “Aunque en las familias haya más casos de divorcio y separación, muchos hijos siguen cuidando de sus padres según sus necesidades”.
Al comparar el Reino Unido con Italia, los investigadores han observado que los italianos orientados a la familia cuidan más de sus padres mayores independientemente de la necesidad, mientras que los pragmáticos británicos les ofrecen apoyo dependiendo del estado de salud de sus mayores.