El estudio se publica en la revista 'Anthropological Science'

Encuentran en Soria dos cráneos trepanados de la Edad Media

Dos calaveras con perforaciones han sido exhumadas en la localidad soriana de Gormaz por investigadores de las universidades de Oviedo y León. Se han datado entre los siglos XIII y XIV, cuando la trepanación era una práctica infrecuente.

Cráneo trepanado. Imagen: Esther Gómez López.
Encuentran en Soria dos cráneos trepanados de la Edad Media . Foto: Esther Gómez López.

Dos calaveras con perforaciones han sido exhumadas en la localidad soriana de Gormaz por investigadores de las universidades de Oviedo y León. Se han datado entre los siglos XIII y XIV, cuando la trepanación era una práctica infrecuente.

La trepanación se conoce desde antiguo. Los primeros casos probados corresponden a principios del Neolítico, hace unos 10.000 años, e incluso hay autores que señalan como periodos de comienzo de estas prácticas iatrogénicas –realizadas por médicos–tanto el final del Paleolítico como el Mesolítico, hace unos 12.000 años.

Sin embargo, de épocas posteriores, como la medieval, se tienen pocos indicios de esta práctica. Por eso ha sido una sorpresa el hallazgo en Soria de dos cráneos agujereados entre los siglos XIII y XIV. Los han encontrado en los alrededores de la ermita de San Miguel, en la localidad de Gormaz, investigadores de las universidades de Oviedo y de León.

“A partir de la Edad del Bronce los casos de trepanación son muy habituales por toda Europa, principalmente en la cuenca del Mediterráneo. En el caso de la Península Ibérica existen muchos casos datados en el Calcolítico, hace unos 4.000 años. Sin embargo, la descripción de trepanaciones en la época medieval es mucho más escasa en la bibliografía científica”, explica a SINC Belén López Martínez, investigadora de la Universidad de Oviedo y coautora del estudio que publica la revista Anthropological Science.

Uno de los casos más destacables de trepanación procede precisamente de España y es la del rey Enrique I de Castilla

Uno de los casos más destacables procede precisamente de España y es la del rey Enrique I de Castilla (1204-1217), al que aún en vida se le hizo una trepanación, posiblemente para tratar de paralizar la hemorragia tras un golpe accidental recibido mientras jugaba y que le produjo una herida mortal.

Los dos cráneos encontrados en la necrópolis soriana pertenecen uno a un varón de entre 50 y 55 años de edad y el otro a una mujer de entre 45 y 50 años. “Otro de los hechos destacables de este hallazgo es que las trepanaciones femeninas se consideran muy raras en todas las épocas. En España solo un 10% de los cráneos trepanados encontrados son de mujeres”, apunta la experta.

Técnicas distintas, diferentes resultados

El método de trepanación es diferente en cada uno de los dos sujetos. El varón presenta una intervención mediante barrenado con un objeto punzante y se desconoce si la intervención se hizo antes o después de la muerte. “Si se hubiera practicado antes de morir, no hay signo de regeneración y por lo tanto no sobrevivió”, afirma López Martínez.

Porche de la ermita de San Miguel (Soria). Imagen: Yusta (2008).

En la mujer, la técnica utilizada fue la del rascado y se hizo en vida. Según los investigadores, sobrevivió un tiempo “relativamente largo” ya que la cicatrización de las lesiones es avanzada.

Respecto a las causas que motivaron la trepanación, los investigadores especulan con diferentes motivos. “Esta es la gran pregunta sobre las trepanaciones. Se han apuntado motivos mágico-religiosos –por ejemplo, para aliviar a las personas de demonios que podrían estar torturándolos–, iniciáticos –para dar el salto a la vida adulta o convertirse en guerrero–, terapéuticos –tratamiento de tumores, convulsiones, epilepsias, migrañas, pérdidas de consciencia y alteraciones en el comportamiento– y para el tratamientos de traumatismos como fracturas craneales”, concluyen.

Referencia bibliográfica:

Belén López, Luís Caro, Antonio F. Pardiñas. “Evidence of trepanations in a medieval population (13th-14th century) of northern Spain (Gormaz, Soria)”, Anthropological Science 119(3): 247–257, 2011 .

Fuente: SINC
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