El descubrimiento de los primeros casos conocidos hasta la fecha de tuberculosis humana (TB) en huesos que estaban sumergidos en la costa de Israel demuestra que la enfermedad es 3000 años más antigua que lo que previamente se había pensado. El examen directo de este ADN antiguo confirma la última teoría de que la TB bovina evolucionó después que la TB humana.
La nueva investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad College de Londres (UCL) y de la Universidad de Tel-Aviv (Israel) muestra cómo la bacteria de la TB ha evolucionado a lo largo de los milenios y nos da pistas de cómo podría cambiar en el futuro. Las conclusiones del estudio aparecen publicadas hoy en el último número de la revista PLoS One.
El equipo del Centro de Enfermedades Infecciosas y Salud Internacional de la UCL, liderado por Helen Donoghue y Mark Spigelman, realizó un análisis detallado de los huesos utilizando técnicas científicas que revelaron ADN y lípidos de la pared celular de Mycobacterium tuberculosis, el principal agente causante de la TB humana. El ADN estaba suficientemente bien conservado y proporcionó una evidencia directa y confirmatoria de la tuberculosis.
“El organismo infectante es sin duda alguna cepa humana de la tuberculosis, lo que contrasta con la teoría original según la cual la TB humana había evolucionado de la TB bovina tras la domesticación de los animales. Esta es la mejor prueba de que en una comunidad con animales domesticados, incluso antes de la obtención de leche del ganado, la cepa infectante era realmente el patógeno humano”, señaló Donoghue.
La presencia de grandes cantidades de huesos animales demostró que “los animales eran una fuente de alimento importante, lo que condujo a un aumento de la población humana y facilitó, a su vez, el mantenimiento y la propagación de la TB”, comentó la investigadora.
Los huesos, que se pensaban que eran de una madre y de su hijo, fueron excavados de Alit-Yam, un poblado del Neolítico precerámico de 9000 años de antigüedad que había estado sumergido delante de la costa de Haifa (Israel) durante miles de años. Israel Hershkovitz, profesor del departamento de Anatomía de la Universidad de Tel-Aviv, observó las características lesiones óseas típicas de la TB en esqueletos del asentamiento, uno de los primeros con evidencia de ganado domesticado.
“El ADN de la cepa de la TB en estos esqueletos había perdido una parte especial que es característica de una familia común de cepas actualmente existentes. El hecho de que esta deleción haya ocurrido hace 9000 años nos da una idea más aproximada de la tasa de cambio de la bacteria a lo largo del tiempo, e indica una asociación extremadamente antigua con los seres humanos”, explicó Donoghue.
Por su parte, el doctor Spigelman subrayó la importancia del examen de los marcadores de TB de restos humanos antiguos “porque nos ayuda a saber más sobre la tuberculosis prehistórica y cómo ha evolucionado. Esto nos ayudará a conocer mejor la TB moderna y cómo podríamos desarrollar tratamientos más eficaces”.
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Referencia bibliográfica:
“Detection and Molecular Characterization of 9000-Year-Old Mycobacterium tuberculosis from a Neolithic Settlement in the Eastern Mediterranean”. PLoS ONE OCT 2008
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