Este método anticonceptivo apenas produce fallos, precisa de pocas revisiones médicas y supone una menor pérdida de sangre para las mujeres. Son las conclusiones del trabajo más completo realizado hasta ahora en España y que ha aparecido en la revista Contraception. Sus autores han analizado la inserción de 372 implantes subcutáneos de gestágeno en mujeres, y los han controlado durante tres años.
El implante subcutáneo de gestágeno es el método anticonceptivo más eficaz que existe en la actualidad, por delante de otros sistemas mucho más extendidos como el preservativo, la píldora o el dispositivo intrauterino (DIU), y pese a modificar el patrón del sangrado en las mujeres, es bien aceptado por éstas. Su tasa de fallos es de 0.05 embarazos por cada 100 mujeres en un año, mientras que el preservativo masculino tiene un 15.0; la píldora clásica, un 8.0; el DIU de cobre un 0.8; la ligadura de trompas, un 0.5; el DIU de levonorgestrel, un 0.2, el dispositivo Essure un 0.2, la vasectomía un 0.15.
Estos implantes que apenas producen fallos, precisan pocas revisiones médicas, son reversibles, y las dosis de gestágeno son más bajas, sus niveles en sangre son estables y, en la mayoría de las mujeres, supone una menor pérdida de sangre (el 39,5% de sus usuarias presenta un sangrado más escaso que antes de usarlo).
Así se desprende de una investigación realizada por Lorenzo Arribas Mir, médico del Centro de Salud La Chana (Granada), y dirigida por Ramón Gálvez Vargas y Aurora Bueno Cavanillas (profesores del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Granada) y Juan Mozas Moreno (del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada).
El estudio de Arribas Mir ha recogido la experiencia del centro de Salud de La Chana en el uso de implantes subcutáneos de gestágeno en mujeres durante el período 2003 y 2005, lo que convierte este trabajo en el estudio más amplio realizado en España, tanto por la muestra poblacional como por el tiempo de seguimiento.
Para llevar a cabo su investigación, el autor realizó un seguimiento de la experiencia de los médicos de familia del Centro de Salud de La Chana en la inserción de 372 implantes subcutáneos de gestágeno en mujeres en el periodo de marzo de 2003 a diciembre de 2005, con su consiguiente seguimiento de tres años.
El implante es una varilla flexible de color blanco, que se inserta bajo la piel en el brazo de la mujer. La edad media de la mujer en este estudio es de 27’2 años.
Alta tasa de continuidad
Una vez colocado el implante, el doctor Arribas realizó un seguimiento a la semana, a los tres meses y anualmente, hasta la caducidad del implante a los 3 años. Se estudiaron minuciosamente las retiradas antes de cumplir los 3 años y sus causas por razones de salud, aunque en el tercer año aún mantenían su implante subcutáneo 232 mujeres.
Con todo, la tasa de continuidad es alta, tanto en el primero como en el segundo año. Un 91% de las mujeres que participaron en el estudio mantenían el implante transcurrido un año, mientras que con otros métodos anticonceptivos (píldora clásica, anillo vaginal y parche) sólo un 68% de las mujeres lo mantienen después de este tiempo.
Las causas de retirada mas frecuentes de los implantes subcutáneos fueron el sangrado excesivo (en un 12.4%) y el deseo de concebir (también en un 12.4%). Otros efectos secundarios, como el acné, la tensión mamaria, aumento de peso y otros, en conjunto apenas suponen un 5.9% de retiradas.
La investigación ha revelado también que los principales inconvenientes de estos implantes anticonceptivos (que no empañan sus ventajas) son la dependencia del personal clínico para inserción y retirada; el alto coste económico inicial y (aunque no supone riesgo para la salud), el patrón de sangrado impredecible.
En su trabajo, Arribas Mir destaca que la utilización de implantes subcutáneos por los médicos de familia es ”factible, segura y bien aceptada por la población”.
Además, los implantes son un método anticonceptivo válido para cualquier edad, y generalmente su inserción no presenta incidencias. Otra ventaja del implante subcutáneo es que los fallos (es decir, los embarazos) son excepcionales. Durante el tiempo de este estudio (en el que se llevó a cabo un seguimiento de 11.646 ciclos) no hubo ningún embarazo en las mujeres que participaron en él.
Mejorar la planificación familiar
El autor concluye que “nuestra sociedad ha disminuido su natalidad como consecuencia del deseo de reducir el tamaño de la familia”, y afirma que las autoridades sanitarias “deben realizar un mayor esfuerzo para mejorar la planificación familiar”.
“El implante subcutáneo anticonceptivo de etonogestrel –afirma Arribas Mir- es un anticonceptivo reversible de larga duración que no requiere cumplimiento, característica que comparte con los DIUS. Una vez insertado, y hasta su retirada, protege a las mujeres del embarazo sin los riesgos de olvidos que si pueden existir con otros métodos”. A su juicio, este anticonceptivo “ofrece excelentes resultados cuando es manejado por médicos de familia –como ha ocurrido en el centro de salud de La Chana, en Granada-, lo que plantea que podría extenderse su uso a otros centros de salud, y hacerlo accesible a la mayoría de la población”.
Parte de los resultados de esta investigación han sido publicados en la revista Contraception, una de las más importantes de la especialidad.
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