Desde hace años los expertos estudian posibles mecanismos para lograr un anticonceptivo masculino de larga duración que acabe con el reinado (y los efectos secundarios para la mujer) de los métodos hormonales femeninos. Investigadores japoneses parecen haber encontrado en la proteína calcineurina la vía para su desarrollo.
Un ingeniero biomédico de la Universidad de Northwestern, en Chicago, ha desarrollado un anillo vaginal anticonceptivo que también tiene el objetivo de proteger contra el virus del sida y el herpes. Según el investigador, el dispositivo es fácil de usar y suministra dosis controladas de tenofovir, un antirretroviral común y levonorgestrel (anticonceptivo) durante 90 días. Los anillos se están produciendo ahora y se ensayarán pronto en mujeres.
“Más de la mitad de las personas afectadas por el VIH en el mundo son mujeres”, según Piedad Arazo, presidenta del Congreso Nacional sobre el Sida que se celebra estos días en Zaragoza. El seguimiento irregular del tratamiento antirretroviral y su interacción adversa con los anticonceptivos orales son algunas de las razones que convierten las mujeres en un colectivo especialmente vulnerable a la infección.
Pruébalo en femenino. Si te sorprendes al verlo, más te sorprenderás al utilizarlo es el título de la nueva campaña de fomento del preservativo para mujeres que han presentado hoy el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad y el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos. El objetivo es prevenir el contagio de infecciones de transmisión sexual (ITS), como el VIH, y los embarazos no deseados.
Un estudio europeo ha definido el perfil de uso de los métodos anticonceptivos de larga duración. El trabajo, galardonado con el premio del Congreso Nacional de Ginecología, muestra, entre otras cosas, que el 10% de las mujeres utiliza estos métodos y que en su mayoría son mayores de 30 años.
Este método anticonceptivo apenas produce fallos, precisa de pocas revisiones médicas y supone una menor pérdida de sangre para las mujeres. Son las conclusiones del trabajo más completo realizado hasta ahora en España y que ha aparecido en la revista Contraception. Sus autores han analizado la inserción de 372 implantes subcutáneos de gestágeno en mujeres, y los han controlado durante tres años.
Varilla de un implante subcutáneo de gestágeno.