Los restos humanos encontrados en la Península Ibérica indican que las primeras dispersiones humanas desde África hasta Europa occidental se produjeron hace entre 1,4 y 1,2 millones. Hasta ahora se barajaban diferentes hipótesis sobre las razones, pero un equipo internacional liderado por científicos españoles acaba de demostrar que el clima condicionó la primera dispersión humana hacia España.
Los yacimientos paleontológicos de Atapuerca (Burgos) o de la cuenca de Guadix-Baza (Granada), entre otros, han permitido reconstruir en la Península Ibérica diversas curvas climáticas que reflejan la evolución de la Temperatura Media Anual, las temperaturas en el mes más calido y más frío, y la media de pluviosidad anual de hace entre tres millones y 600.000 años.
Los resultados, publicados recientemente en Journal of Human Evolution, demuestran que “las primeras ocupaciones humanas en la zona se produjeron en momentos de bonanza climática, con altas temperaturas y humedad”, señala a SINC Jordi Agustí, autor principal del estudio e investigador en el Instituto de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES).
En los momentos en los que predominaban las condiciones de bajas temperaturas y aridez, la presencia humana estaba limitada. “Los parámetros climáticos jugaron un importante papel en el proceso de dispersión humana hacia Europa y, en este aspecto, su comportamiento no debió diferir en gran medida de otras especies animales, afectadas así mismo por las variaciones climáticas”, asevera el investigador.
Para ello, el análisis de restos de anfibios y reptiles de 16 localidades fosilíferas de España ha sido esencial. “Los reptiles escamosos y los anfibios son muy sensibles a las variaciones de humedad y temperatura, por lo que su estudio ha permitido extrapolar al pasado los parámetros climáticos compatibles”, subraya Agustí.
En la investigación se distinguen cinco fases climáticas, desde el Plioceno superior hasta los inicios del Pleistoceno medio. “Tres de estas fases (3-1.8 millones de años, 1.4 -1 millón de años, y 800.000 - 600.000 años) corresponden a fases cálidas con precipitaciones más altas que en la actualidad”, apunta el paleontólogo.
Sin embargo, las otras dos fases (1.6-1.4 millones de años, y un millón- 800.000 años) se corresponden con “temperaturas relativamente bajas y acentuación de la aridez”, añade el paleontólogo.
El éxodo desde África
Los hallazgos de las primeras ocupaciones humanas en Eurasia, como los homínidos de Dmanisi (Georgia), y de la Sima del Elefante y Gran Dolina (Atapuerca- Burgos), han suscitado mucho interés entre los paleontólogos que estudian las causas que determinaron la primera salida humana fuera de África.
La Península Ibérica es un espacio privilegiado para este tipo de investigaciones. A los primeros rastros fósiles se añaden también los hallazgos de útiles líticos de Fuente Nueva 3 y Barranco Léon en la cuenca Guadix-Baza (Granada) que también arroja luz sobre lo que lo originó.
Según han demostrado otros estudios, la primera salida humana se remonta a 1,8 millones de años en Dmanisi, “aunque las primeras evidencias en Europa occidental (útiles líticos de Fuente Nueva 3 y Barranco León, y restos humanos de Sima del Elefante) datan de 1,4 a 1,2 millones de años”, declara Agustí.
Hasta ahora los investigadores señalaban que esta primera salida se vinculaba con el desarrollo de una nueva tecnología lítica. Sin embargo, otros autores proponen un escenario más ambientalista, “vinculado a los cambios climáticos que se produjeron a principios del periodo Pleistoceno”, concluye el experto.
-----------------------------------
Referencia bibliográfica:
Agustí, Jordi; Blain, Hugues-Alexandre; Cuenca-Bescós, Gloria; Bailón, Salvador. “Climate forcing of first hominid dispersal in Western Europe” Journal of Human Evolution 57(6): 815-821 diciembre de 2009.