La ciudad de Venecia, la Piazza del Duomo de Pisa (Italia) o la Ciudad Medieval de Rodas en Grecia son algunos de los lugares declarados como Patrimonio Mundial Cultural de la UNESCO que estarán en riesgo de desaparecer por el aumento del nivel del mar en las próximas décadas.
Un estudio llevado a cabo sobre las zonas mediterráneas indica que, de los 49 lugares de zonas costeras bajas declarados como Patrimonio Mundial Cultural de la UNESCO (WHS, por sus siglas en inglés), 37 estarán en riesgo de inundación en los próximos 100 años y 42 ya están en peligro por la erosión.
El equipo de investigadores, liderado por la Universidad de Kiel (Alemania), evaluó los riesgos de inundación costera y de erosión de estos lugares a través de indicadores, en cuatro escenarios posibles de aumento del nivel del mar hasta 2100.
“Hasta 2100, el riesgo de inundación puede aumentar en un 50% y el riesgo de erosión en un 13% en toda la región, con aumentos considerablemente mayores en algunos WHS particulares”, explican en el estudio.
La combinación de simulaciones de modelos climáticos con los datos del Patrimonio Mundial indican que para 2100, todos los monumentos y lugares analizados en lugares cerca de la costa mediterránea correrán uno de estos dos peligros, a excepción de dos: la Medina de Túnez y Xanthos-Letoon en Turquía.
El nivel de inundación varía según la localización. Los menos afectados serían el yacimiento arqueológico de Leptis Magna (Libia) o el Paisaje Cultural de la Serra de Tramuntana (España) y entre los lugares más afectados estaría la ciudad de Venecia.
Erosión por cercanía al mar
El riesgo de erosión está determinado por la distancia a la costa. 31 de estos lugares declarados Patrimonio están, al menos parcialmente, a 10 metros de la costa. El mayor número de lugares con riesgo de erosión se ubican en Italia (14), seguido por Croacia (7) y Grecia (4).
Además, los investigadores aseguran que el 93% de los lugares en riesgo de una inundación en los próximos 100 años y el 91% de las zonas en peligro de erosión en cualquiera de los cuatro escenarios ya lo están en las condiciones actuales, lo que subraya la urgencia de la adaptación al cambio climático.
“El riesgo aumentará aún más en 2100, en particular en la segunda mitad del siglo, en la que las proyecciones divergen considerablemente”, indican en el trabajo.
Estos resultados proporcionan una evaluación sobre dónde se necesita con mayor urgencia la adaptación al cambio climático, para evitar que desaparezca este patrimonio y “pueden ayudar a los responsables políticos a dirigir la investigación a escala local para diseñar estrategias de adecuadas”, según los científicos.