Este documento marca las líneas maestras de las políticas sobre drogodependencias de los próximos ocho años en España. Su objetivo: adaptar las políticas sobre drogas a la nueva realidad social. En la actualidad, los consumos de drogas han comenzado a descender o están estabilizados, frente a la tendencia al alza que parecía imparable en 2004.
El Consejo de Ministros ha aprobado la Estrategia Nacional sobre Drogas 2009-2016, cuya meta es actualizar la política española sobre drogodependencias adaptándola a la nueva realidad social.
La estrategia nace del consenso de todas las administraciones y sectores sociales y científicos. El eje fundamental de ésta será la prevención, ya que se propone promover una mayor conciencia social frente a las drogas, retrasar la edad de inicio en el consumo, aumentar las capacidades individuales para rechazar la oferta y evitar que el consumo experimental se convierta en continuado.
También persigue normalizar la atención sanitaria a las personas drogodependientes, garantizando la calidad asistencial. En la actualidad, los consumos de drogas han comenzado a descender o están estabilizados, frente a la tendencia al alza que parecía imparable en 2004.
Por este motivo, el Ministerio de Sanidad y Consumo ha elaborado un documento en el que se concibe el consumo de drogas como un problema de salud pública y que pone el acento en la prevención, buscando una mayor implicación de la sociedad en el abordaje del problema.
Como ha señalado el Ministro de Sanidad en el Informe que ha presentado en el Consejo de Ministros sobre la nueva Estrategia, el consumo de drogas es hoy muy diferente al de hace ocho años, cuando España aprobó su primera Estrategia 2000-2008.
Los datos demuestran que el retorno en 2004 de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas al Ministerio de Sanidad y Consumo fue una decisión acertada. Las políticas emprendidas, centradas en la prevención, han empezado a dar sus primeros frutos y desde 2004 el consumo de drogas ha registrado un descenso apreciable.
En 2004 España registraba una tendencia al alza en la prevalencia del consumo anual de todas las drogas ilegales, sobre todo del cannabis y de la cocaína. Frente a aquella situación, a causa del giro en la política emprendida por el Gobierno, en colaboración con las Comunidades Autónomas y las entidades sociales, se ha producido un descenso en casi todos los consumos. La puesta en marcha del Plan de Acción 2005-2008 ha permitido frenar el consumo de drogas en nuestro país, aumentando a la vez la percepción de riesgo.
Como han evidenciado las últimas encuestas (escolar y domiciliaria), por primera vez desde 1994, España ha logrado romper la tendencia al alza en los consumos de drogas.
Según la Encuesta Escolar 2006-2007, entre los adolescentes de catorce a dieciocho años, la prevalencia del consumo de cannabis en los últimos doce meses ha descendido en más de seis puntos y la de cocaína en más de tres, al tiempo que ha aumentado la percepción de riesgo y se perciben más dificultades para conseguir drogas.
La Encuesta Domiciliaria 2007-2008 ha confirmado este descenso: han disminuido los consumos de tabaco, de alcohol y de cannabis, las tres sustancias más extendidas entre la población española. El consumo de alcohol y tabaco en los últimos doce meses registra las tasas más bajas desde 1997. El consumo de cannabis ha retrocedido a niveles inferiores a los de 2003.
La prevalencia de consumo diario de alcohol ha bajado más de cuatro puntos, la de consumo diario de tabaco más de tres puntos y, aunque de forma más contenida, también ha disminuido el consumo de cannabis en todos los indicadores.
Se ha estabilizado el consumo de cocaína en polvo en los últimos doce meses (3 por 100), después del alza continuada entre 1999 y 2005.También está estabilizado o comienza a descender el consumo de éxtasis, anfetaminas y alucinógenos, y se mantiene en niveles bajos el consumo de heroína e inhalables volátiles, con prevalencias del 0,1 por 100 para el consumo en los últimos doce meses.
Ha aumentado la percepción del riesgo para todas las conductas de consumo. Destaca por su magnitud la mayor percepción de riesgo para el consumo diario y en fines de semana de alcohol, así como para el consumo ocasional de cannabis y de cocaína. Por primera vez disminuye, entre tres y seis puntos, la disponibilidad percibida para todas las sustancias, tras años de aumento continuado. Asimismo, ha disminuido la visibilidad de los consumos problemáticos de drogas en la vía pública.
El Ministerio de Sanidad y Consumo reconoce que estos avances son una conquista de toda la sociedad, pero insiste en la necesidad de intensificar los esfuerzos para prevenir el consumo de drogas, especialmente entre los más jóvenes, implicando en esta tarea a todos los ciudadanos.
Documento de consenso
La Estrategia Nacional sobre Drogas 2009-2016 viene a responder a ese nuevo esfuerzo. Se trata de un documento de consenso, concebido como el gran acuerdo institucional, social y científico que permitirá garantizar una respuesta homogénea, equitativa y de calidad en todo el territorio español ante el problema de las drogas en los próximos ocho años. Su diseño coincide con la estrategia europea vigente.
La principal aportación ha sido la de las Comunidades Autónomas, a través de la Comisión Interautonómica del Plan Nacional sobre Drogas. Este espíritu de colaboración entre Administraciones ha permitido alcanzar un documento de consenso, ratificado por la Conferencia Sectorial y por el grupo Interministerial de Drogas. Por último, el 18 de diciembre de 2008 el Ministro de Sanidad presentó la Estrategia a la Comisión Mixta Congreso-Senado para el estudio del problema de la droga.
Este documento concebía el consumo de drogas como un problema de salud pública y giraba en torno a las siguientes ideas: todas las políticas deberán sustentarse en los avances demostrados científicamente, una mayor concienciación de la sociedad para que se involucre directamente en el problema, un abordaje multifactorial y multidisciplinar, integralidad que incluya drogas legales e ilegales y prevea actuaciones encaminadas a la reducción de la demanda y al control de la oferta.
También es importante la equidad que garantiza la igualdad efectiva de todos los ciudadanos en el acceso a programas y servicios, y prevé reducir las desigualdades que afectan a las personas, y por último el enfoque de género en las acciones de desarrollo de la Estrategia.
Objetivos de las políticas de drogas
La nueva estrategia se desarrollará mediante dos planes de acción cuatrienales (2009-2012 y 2013-2016) y se someterá a dos evaluaciones, una intermedia y otra final. Entre sus objetivos, destacan el promover una conciencia social frente al consumo -implicando a toda la sociedad como parte activa a la hora de afrontar el problema-, aumentar las capacidades y habilidades personales para rechazar el consumo de drogas, retrasar la edad de inicio, disminuir el consumo de drogas legales e ilegales, rompiendo la imagen social del consumo asociado al ocio como algo "normal".
También cuentan con garantizar una asistencia de calidad, adaptada a las necesidades individuales, a todas las personas que consumen drogas, reducir o limitar los daños sobre la salud derivados del consumo de drogas, facilitar la incorporación social de los drogodependientes o incrementar el control de la oferta y los mercados ilegales de sustancias psicoactivas.