Un equipo de la Unidad de Investigación en Atención Primaria del ICS Camp de Tarragona, y financiado por la CAMFIC i el IDIAP Jordi Gol de Barcelona ha determinado que los pacientes con cáncer avanzado tienen una prevalencia de depresión mayor más elevada que la población general. Además, el 50% de las personas analizadas se muestra preocupada por las dificultades económicas que puede causar la enfermedad.
Los resultados muestran que la depresión se asocia a limitaciones significativas en diversos parámetros de la calidad de vida como la función congnitiva, emocional, social, y en la medida global de la calidad de vida. Mientras que las dimensiones funcion física y función rol, más directamente influidas por la propia enfermedad están altamente afectadas en todos los pacientes que decían sufrir más dolor, más fatiga y mayores trastornos de sueño.
La depresión también se asocia con una menor autonomía del paciente, a una menor percepción de soporte social, y a más preocupaciones existenciales, así por ejemplo el 50% mostraba preocupación por las dificultades que la enfermedad podía causar en la economía de la familia, un 75% se mostraba preocupado por el dolor que en el futuro podía llegar a causar la enfermedad, a un 68.8% le preocupaba la carga que representaba para la familia, a un 81% le preocupaba la pérdida de independencia, y a un 68.8% le preocupaba si la enfermedad le podía restar dignidad a la vida.
Hay que tratar los problemas psicológicos
Según Enric Aragonés, médico de familia de Constantí (Tarragona), investigador del Grupo de Investigación en Salut Mental y Atención Primaria (Unidad de Investigación en Atención Primaria del ICS Camp de Tarragona), e investigador principal del estudio, las conclusiones "muestran la necesidad de un abordaje multifactorial en el que se trate no sólo los problemas físicos y de dolor, tal y como ya se hace con las curas paliativas, sinó también los problemas psicológicos, de calidad de vida y la relación con la familia y los cuidadores".
El objetivo del estudio era cuantificar la prevalencia del malestar psicológico y los trastornos psiquiátricos en pacientes con cáncer avanzado. En la muestra se incluyeron 43 pacientes afectados de cánceres avanzados en diversas localizaciones (ocho casos eran de cáncer pulmonar, cuatro hematológicos, cuatro de mama, cuatro de útero y otros cuatro de bufeta urinaria). El tiempo de evolución desde el diagnóstico iba de los dos a los 90 meses, con una media de 15 meses.