Ecologistas en Acción ha concedido un total de 613 banderas y puntos negros (303 y 310, respectivamente) en las costas españolas en su informe Banderas Negras 2008. Hipoteca Costera, presentado hoy. Por décimo año consecutivo, la ONG propone un diagnóstico sobre la situación de la costa, y denuncia el desarrollo insostenible en la última década de los sectores urbanístico, turístico y pesquero del litoral. La costa mediterránea es la zona con mayor degradación.
Ecologistas en Acción ha analizado la situación de los diferentes tramos costeros y ha señalado con banderas y puntos negros a aquellos proyectos o actuaciones ya realizadas que “suponen graves atentados contra la conservación de los ecosistemas litorales”, según apuntan desde la organización. Los ecologistas han destacado “en especial” los desarrollos urbanísticos, que suponen casi un 70% de las banderas y puntos negros, los puertos deportivos, las actuaciones en borde litoral y la falta de depuración, entre otros.
La costa mediterránea, la más perjudicada
Según Ecologistas en Acción, la costa mediterránea es la más desnaturalizada de las costas españolas, la que tiene un mayor grado de erosión y degradación de los ecosistemas de la plataforma, y la más contaminada, debido a que ninguna de sus comunidades depura suficientemente sus aguas. Le corresponden 129 banderas y 162 puntos negros.
El informe pone de manifiesto la existencia de zonas de vertidos “incontrolados” como el mar Menor, la Bahía de Altea o la Albufera de Valencia, donde se producen procesos locales de eutrofización (anoxia en el medio acuático).
Los ecologistas atribuyen la destrucción y la presión sobre hábitats estratégicos para la conservación de la pesca a la degradación de humedales y praderas submarinas, que provoca impactos insostenibles para la economía pesquera, urbanística y turística a plazo medio.
En la vertiente cantábrica, con 73 banderas y 32 puntos negros, se ha desarrollado en las últimas décadas una ocupación exponencial, con la construcción de 800.000 nuevas viviendas en Galicia, 30.000 en la zona oriental de Asturias o nuevas edificaciones en espacios protegidos como Urdaibai en el País Vasco. Los proyectos de ampliación de puertos deportivos, como el puerto interior de la ría de San Vicente de la Barquera (Cantabria), implican un alto nivel de contaminación por vertidos urbanos e industriales, especialmente en Avilés, la ría de Suances, o la playa de la Arena en Muskiz. La sobreexplotación de los caladeros se encuentra “gravemente comprometida” porque provoca el agotamiento de los mismos, donde además se teme por la supervivencia de la anchoa del Cantábrico.
El caso del archipiélago canario es también delicado ya que, según el informe, se están permitiendo compensaciones en forma de permutas a hoteles en parques naturales, “permitiéndoles ampliar concesiones administrativas”, como en el caso de Oliva Beach y Tres Islas a cambio de la propiedad de Lobos. De este modo, las islas han asumido una importante sobrecarga territorial en las zonas litorales, desde el norte hasta el sur en sus cuatro islas eminentemente turísticas: Gran Canaria, Lanzarote, Fuerteventura y Tenerife. La ONG les adjudica 36 banderas y 28 puntos negros.
Por su parte, el archipiélago balear ha sufrido, durante los últimos 40 años, una gran presión urbanística en el litoral, con la urbanización de zonas de interés natural y ecológico. Mallorca está experimentando en la actualidad un crecimiento urbanístico debido a los planes territoriales que incrementan el suelo edificable, con unas previsiones urbanísticas de 5.000 hectáreas en 10 años. Entre las amenazas al litoral en las Islas Baleares, los ecologistas, que han concedido 36 banderas y 54 puntos a esta zona, destacan los proyectos de campos de golf, los puertos deportivos, el “insuficiente” funcionamiento de las depuradoras y los vertidos ilegales a través de emisarios submarinos, especialmente en verano, que producen una eutrofización del litoral y tienen como consecuencia la pérdida de atractivo turístico.
Según la ONG, el deterioro de los diferentes tramos costeros ha sido tan intenso los dos últimos años que los diferentes sectores económicos (turístico, urbanístico y pesquero) están sufriendo ya las consecuencias. La organización insta a poner en marcha un nuevo modelo económico en las regiones costeras porque los sectores económicos están ya “hipotecados” a medio largo plazo.
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