Un grupo de científicos ha avanzado en la búsqueda de fármacos para luchar contra las infecciones. El equipo ha descubierto un principio activo que bloquea el crecimiento del hongo, pero para desarrollar el medicamento habrá que modificarlo químicamente para que sea menos tóxico para el ser humano y para que se distribuya adecuadamente por el organismo.
Josep Guarro y Javier Capilla, del grupo de investigación MICOLOGÍA - Unidad de Micología y Microbiología Ambiental del departamento de Ciencias Médicas Básicas de laUniversidad Rovira i Virgili (URV) , han formado parte del proyecto europeo NOFUN para encontrar nuevos medicamentos que combatan infecciones fúngicas invasoras.
Para conseguir este fármaco, los investigadores han basado su investigación en una molécula cuya efectividad ya era conocida para combatir las infecciones por hongos, trabajando en averiguar el mecanismo de acción a través del cual esta molécula bloquea el crecimiento del hongo.
Ahora ya saben cuál es este principio activo, pero todavía no es óptimo para hacer un medicamento, ya que hay que modificar su estructura para aumentar la efectividad, disminuir su toxicidad y conseguir que se distribuya adecuadamente por el organismo, ya que lo elimina muy rápido.
Conocer este mecanismo de acción supone tener una nueva familia de antifúngicos que se añadiría a los cuatro grupos de fármacos ya existentes para el tratamiento de estas infecciones graves. A diferencia de los fármacos que existen, la acción de esta molécula es menos tóxica y no afecta al metabolismo humano.
Paralelamente, han descubierto (en animales de experimentación) que al suprimir un gen ampliamente presente en los hongos disminuye la posibilidad de que este crezca y de lugar a infecciones.
Esto significa que han detectado una nueva diana (estructura biológica hacia la cual va dirigida la acción de un fármaco) para encontrar nuevos antifúngicos. Además, los investigadores han tenido que localizar y sintetizar un compuesto que consiguiera bloquear este producto génico que evita el desarrollo del hongo para inhibir la actividad.
Los hongos son microorganismos que se encuentran ampliamente distribuidos en la naturaleza y los humanos inhalan diariamente miles de esporas fúngicas. Pero los hongos tienen una baja incidencia entre la población, ya que el sistema inmunitario es muy eficiente eliminándolos.
Ahora bien, el incremento de los trasplantes de médula ósea y de órganos, las terapias oncológicas o las enfermedades infecciosas como el sida han hecho aumentar el número de pacientes con un sistema inmunitario mermado, una situación que incrementa el riesgo de adquirir enfermedades fúngicas graves y profundas.
El principal problema de estas infecciones por hongos es la dificultad para diagnosticarlas, ya que existen muchos hongos diferentes y se dan pocos casos de cada infección como para estudiarlos y conocerlos. Es más, la industria farmacéutica ha desarrollado pocos medicamentos porque cada caso puede ser diferente y no cuenta con una solución específica.
Además de las escasas opciones terapéuticas, hay que añadir que los hongos están desarrollando resistencias a los fármacos actuales y este hecho representa un importante problema para los clínicos que se tienen que enfrentar con un número creciente de infecciones que no responden a los tratamientos. Todo esto se da en unos pacientes que ya tienen el sistema inmunitario muy debilitado. Se estima que aproximadamente 1,5 millones de personas mueren cada año por infecciones fúngicas.
Referencia bibliográfica:
Gsaller F, Hortschansky P, Furukawa T, Carr PD, Rash B, Capilla J, Müller J, Bracher F, Bowyer P, Haas H, Brakhage AA, and Bromley MJ: Sterol biosynthesis and azole tolerance is governed by the opposing actions of SrbA and the CCAAT binding complex. PLOS Pathogens
El proyecto europeo NOFUN (Novel antifungals to treat resistant organisms) tiene un coste de más de seis millones de euros, de los cuales, 4,5 millones los financia la Comisión Europea porque el proyecto forma parte del 7º programa marco FP7-Health- Innovation Collaborative Project. Además de la URV, en esta investigación participa la Universidad de Manchester (Reino Unido) -que es la coordinadora del proyecto- y las empresas Pharmacelsus (Alemania), OT Chemistry (Suecia) y F2G (Reino Unido). El proyecto se inició en julio de 2013 y ha finalizado el 30 de junio de 2016.