Científicos de las Universidades de Zaragoza, Vigo, Barcelona y Lyon (Francia) han descubierto un nuevo género de plantas correspondiente al Cretácico Inferior, con una antigüedad de unos 100 millones de años, que recibe el nombre de Ploufolia cerciforme, en homenaje a la localidad turolense de Plou en la que se encontraron dichos fósiles. El hallazgo de un nuevo género de angiosperma acuática, relacionada con la familia de los nenúfares, acaba de ser publicado en el último número de la revista de investigación Review of Palaeobotany and Palynology.
Las hojas de Ploufolia cerciforme, junto con una gran variedad de otras plantas fósiles procedentes de diversos yacimientos de la provincia de Teruel, pueden contemplarse en la exposición "Plantas fósiles del Cretácico Aragonés", expuesta en la sala Lucas Mallada del Museo Paleontológico de la Universidad de Zaragoza, que dirige el catedrático Eladio Liñán, ubicada en la primera planta de la Facultad de Geológicas. El hallazgo de este nuevo género de plantas ha sido posible gracias al estudio de los investigadores doctorandos Luis Miguel Sender (que también es el nuevo conservador del Museo Paleontológico), Uxue Villanueva Amadoz, y del profesor titular de Paleobotánica, Javier Ferrer.
La importancia de este hallazgo radica en que los fósiles más primitivos de este tipo de vegetales eran, y sigue siendo hoy en día, escasos y controvertidos. Los registros fósiles más antiguos de angiospermas o plantas con flores encontrados hasta el momento indican que su origen se remonta a los inicios del periodo Cretácico, hace unos 135 millones de años. Sin embargo, su expansión y diversificación tuvo lugar al final del Cretácico Inferior.
Además, sólo unos pocos lugares en todo el mundo poseen yacimientos que conserven fósiles de angiospermas primitivas de este intervalo temporal. Y la provincia de Teruel es una de estas zonas.
En los últimos años, los descubrimientos efectuados por el Grupo de Paleobotánica del Área y Museo de Paleontología de la Universidad de Zaragoza --perteneciente al Instituto Universitario de Ciencias Ambientales (IUCA)-- han supuesto una revolución en el estudio de las plantas fósiles del Cretácico en el suroeste de Europa, ya que se han encontrado cerca de una treintena de nuevos yacimientos
paleontológicos que contienen una gran diversidad de diferentes tipos de plantas fósiles de esta época, incluidas angiospermas primitivas.
Una característica singular de estas plantas es que poseían una serie de glándulas, repartidas de forma regular por los márgenes de sus hojas que, según dicho estudio, les permitirían eliminar el exceso de agua contenido en sus tejidos en un proceso denominado gutación, proceso que hoy en día todavía utilizan algunas plantas como los equisetos y algunas angiospermas en ambientes cálidos y muy húmedos.
Las características presentes en las hojas fósiles de Plou, indican que estarían relacionadas con un orden de plantas actuales denominado Nhymphaeales, al cual pertenecen el nenúfar gigante (Victoria amazonica) y el nenúfar blanco (Nymphaea lotus), planta ornamental que se puede encontrar hoy en día en lagos y estanques de jardines por todo el mundo.
Las plantas fósiles estudiadas consisten en hojas de muy pequeño tamaño (inferiores a 1,5 cm de longitud) que presentan una alta variedad morfológica, con hojas de contorno redondeado, elíptico, pseudotriangular, pseudotrapezoidal y hasta acorazonado, todas pertenecientes a la misma especie.