En los últimos diez años, los científicos han descubierto más de 615 nuevas especies en Madagascar, la cuarta isla más grande del mundo donde el 70% de las especies son únicas en el mundo. El informe, publicado hoy por WWF, recopila los descubrimientos de 69 anfibios, 61 reptiles, 42 invertebrados, 385 plantas, y 40 mamíferos, entre ellos el primate más pequeño del mundo.
El informe La Isla del Tesoro: Nueva biodiversidad en Madagascar de WWF destaca el patrimonio natural de Madagascar, pero registra también las amenazas de uno de los “Lugares Prioritarios” designados por la organización ecologista. La isla se enfrenta a graves amenazas ambientales, como la creciente deforestación. Según los expertos ha perdido ya el 90% de su cubierta forestal original.
“WWF trabaja para establecer una red de áreas protegidas y promover alternativas sostenibles que permitan a los habitantes de Madagascar vivir en armonía con el mundo natural que les rodea", ha señalado Nanie Ratsifandrihamanana, director de Conservación de WWF Madagascar.
Entre los descubrimientos más importantes del trabajo destaca el lemur ratón de Berthe (Microcebus berthae) con tan sólo 30 gramos de peso. Este pequeño lemur de color marrón rojizo es el primate más pequeño del mundo.
La palmera Tahina (Tahina spectabilis) ha sido también un hallazgo interesante. Se trata de una palmera gigante, que florece sólo una vez en la vez en la vida. Tras dar su fruto, la palmera muere.
Especies al borde de la extinción
Muchas de las especies descubiertas se encuentran ya “muy amenazadas” debido a la degradación y fragmentación de su hábitat, a la deforestación, y a la erosión y sedimentación de los arrecifes de coral. Los lemures, el aye-aye, la tortuga araña, varias especies de tortugas marinas, los zorros voladores, los camaleones, los cocodrilos, el curioso tenrec, etc., son algunas de las miles de especies que están al borde de la extinción.
Madagascar es además una de las últimas selvas tropicales de la Tierra. La isla alberga el 5% de todas las especies de fauna y flora del mundo, pero las comunidades locales encuentran dificultades para sobrevivir.
Las sequías obligan a abandonar los campos y a acercarse al mar, donde la mayoría practica métodos de pesca insostenible agotando los recursos pesqueros a gran velocidad. Además, sólo queda el 10% de los bosques que originalmente cubrían la isla por las actividades de tala ilegal. A esto se añade el aumento del comercio ilegal de animales salvajes para su carne.