Descubierta la relación entre psoriasis y pérdida generalizada de masa ósea

Investigadores del CNIO han relacionado por primera vez la psoriasis con el riesgo de pérdida generalizada de masa ósea. Los expertos han descrito cómo la proteína IL-17 actúa como un ‘mensajero’ entre la piel y el hueso. Estos resultados recomiendan monitorizar la masa ósea de los pacientes de psoriasis para seleccionar los tratamientos más adecuados en cada caso. El estudio podría tener implicaciones en otras enfermedades autoinmunes, como la enfermedad intestinal inflamatoria.

Descubierta la relación entre psoriasis y pérdida generalizada de masa ósea
A la izquierda, imagen histológica de un hueso de ratón sano. A la derecha, hueso al que se le ha retirado el gen JunB de la epidermis y en el que se observa pérdida de tejido. / CNIO

Científicos del Grupo de Genes, Desarrollo y Enfermedad que dirige Erwin Wagner en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han descubierto que los pacientes de psoriasis experimentan una pérdida de masa ósea generalizada a consecuencia de la enfermedad.

Además, el trabajo que publica la revista Science Translational Medicine describe el canal de comunicación molecular que se establece entre la piel y el hueso para provocar esta pérdida, lo cual permitirá tratarla con fármacos ya comercializados o que están en fases avanzadas de ensayos clínicos.

La psoriasis es un trastorno autoinmune de carácter crónico que afecta al 2% de la población mundial y a más de un millón de personas en España. Se caracteriza por la inflamación y descamación cutáneas, acompañadas de un mayor riesgo de padecer síndrome metabólico, que les predispone a patologías como obesidad, diabetes o enfermedades cardiovasculares. Ahora, los investigadores del CNIO han descubierto una nueva característica de este trastorno inflamatorio.

“Hemos detectado que la psoriasis causa pérdida de tejido óseo de forma generalizada y progresiva”, explica Özge Uluçkan, primera firmante del trabajo. “No se trata de una destrucción acelerada del hueso, sino que, durante el ciclo de regeneración ósea, no se forma hueso a la suficiente velocidad para renovar el que se pierde, por lo que la masa ósea de los pacientes se reduce con el tiempo”.

El proceso tiene lugar mediante un mecanismo —que este estudio desvela— por el que se inhibe la actividad de los osteoblastos, las células que generan matriz ósea para que los huesos crezcan durante la niñez y juventud, y se mantengan en buenas condiciones en la edad adulta.

IL-17, canal de comunicación entre piel y hueso

Erwin Wagner, jefe del Grupo de Genes, Desarrollo y Enfermedad. /CNIO

En un estudio anterior (Meixner et al, Nat Cell Biol, 2008), el equipo de Erwin Wagner había generado un modelo de ratón al que se le había retirado el gen JunB de los queratinocitos —células que forman la epidermis—, lo cual imita lo que ocurre en los trastornos inflamatorios cutáneos en humanos. Ahora han observado que este ratón experimenta pérdida de masa ósea.

Los investigadores comprobaron cómo las células inmunitarias de la piel de este modelo animal generaban grandes cantidades de la citocina IL-17 —proteína del sistema inmunitario que activa la inflamación celular en respuesta a daños—. IL-17 viaja por el torrente sanguíneo hasta los huesos.

Una vez allí, la proteína actúa sobre los osteoblastos e inhibe la actividad de Wnt, una vía de señalización celular que interviene en la formación del esqueleto y que está implicada en trastornos como la osteoporosis, la artrosis y el mieloma. Tratando a estos ratones con bloqueantes de IL-17, se recuperó la actividad normal de la vía Wnt y la formación de hueso.

Un segundo modelo de ratón al que se le había inducido la sobreexpresión de IL-17 también experimentó pérdida de masa ósea, demostrando que la desregulación de esta proteína es suficiente para producir este efecto.

Posteriormente trabajaron sobre un centenar de muestras humanas. A través de técnicas de tomografía computarizada periférica de alta resolución (XtremeCT) —un método de imagen conocido como biopsia ósea virtual— comprobaron que una gran mayoría de los pacientes con psoriasis presentaban pérdidas de masa ósea que se correlacionaban con un incremento en sangre de la citocina IL-17.

Implicaciones para otras enfermedades

Estas observaciones sugieren que los pacientes de psoriasis deberían ser monitorizados en función de esta pérdida de masa ósea, o de la presencia de altos niveles de estos factores en sangre.

“Tratar a los pacientes de psoriasis con agentes bloqueantes de IL-17 —algunos ya comercializados— podría tener un efecto beneficioso sobre la pérdida de tejido óseo, a diferencia de otros compuestos que solo tratarían la inflamación cutánea”, dice Uluçkan. También se están desarrollando anticuerpos que actúan sobre la vía de señalización Wnt como terapia para la osteoporosis, y que podrían mostrar utilidad en estos casos.

Los hallazgos de este estudio también podrían tener implicaciones para otras enfermedades autoinmunes. “IL-17 se ha convertido en un foco de atención para la investigación del sistema inmune. Su desregulación no solo está relacionada con la psoriasis, sino también con otras enfermedades como la artritis reumatoide, la enfermedad intestinal inflamatoria y la esclerosis múltiple. Algunas de ellas se han relacionado con pérdida de tejido óseo, como en el caso de la enfermedad intestinal inflamatoria, cuyos pacientes la sufren en el 70% de los casos”, explica Uluçkan. “Sería interesante investigar si IL-17 es responsable de este efecto secundario”.

Referencia bibliográfica:

Chronic skin inflammation leads to bone loss by IL-17-mediated inhibition of Wnt signaling in osteoblasts. Özge Uluçkan, Maria Jimenez, Susanne Karbach, Anke Jeschke, Osvaldo Graña, Johannes Keller, Björn Busse, Andrew L. Croxford, Stephanie Finzel, Marije Koenders, Wim Van Den Berg, Thorsten Schinke, Michael Amling, Ari Waisman, Georg Schett, Erwin F. Wagner. Science Translational Medicine (2016). doi: 10.1126/scitranslmed.aad8996

El trabajo se ha realizado en colaboración con las universidades alemanas de Mainz, Hamburgo y Erlangen-Nuremberg y la Unidad de Bioinformática del CNIO. Erwin Wagner ha recibido financiación del Ministerio de Economía y Competitividad, la Fundación BBVA y el Consejo Europeo de Investigación (ERC), y Özge Uluçkan de EMBO, el Ministerio de Economía y Competitividad y ECTS-AMGEN.

Fuente: CNIO
Derechos: Creative Commons
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