Científicos del Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de EE UU han descubierto que la activación de un tipo de células inmunitarias, llamadas basófilos, provoca daños renales en ratones afectados por lupus nefrítico. Estos hallazgos podrían traducirse en nuevos tratamientos para esta enfermedad, una forma grave de lupus eritematoso sistémico (LES), que afecta a los riñones y es de difícil tratamiento.
El nuevo estudio, liderado por investigadores del NIH, prueba, por primera vez en experimentos con ratones modificados, cómo los basófilos activados por anticuerpos de inmunoglobulina E (IgE) autorreactivos (anticuerpos que atacan al propio organismo en lugar de a los gérmenes) podrían contribuir a los daños renales asociados con el LES.
El equipo demostró en especial que los anticuerpos de IgE autorreactiva se adherían a la superficie de los basófilos, empujándolos a concentrarse en el bazo y los nodos linfáticos de los roedores, donde desencadenaban una catarata de eventos celulares que impulsaban la producción de más anticuerpos autorreactivos.
“Ya era sabido que estos anticuerpos causan daños renales al asociarse con otras proteínas para conformar complejos inmunitarios, que se depositan en los riñones. Allí provocan inflamaciones, daños y una pérdida progresiva de la función renal”, comentan los autores.
Además, los científicos explicaron, en un artículo publicado en la edición on line de la revista Nature Medicine, que la inducción de la ausencia de los anticuerpos IgE autorreactivos o la eliminación de la población de basófilos hacía que mejorasen muchos de los aspectos de la enfermedad renal observados en los experimentos con ratones modificados.
En investigaciones anteriores, el equipo ya descubrió que los ratones, modificados para que presentasen niveles deficientes de la proteína Lyn kinasa, habían mostrado respuestas exageradas frente a alérgenos durante su vida temprana y desarrollaron en fases una dolencia semejante al lupus nefrítico. Esto se determinó al supervisar el incremento de las respuestas de IgE ante sustancias inocuas en condiciones normales.
Implicaciones para los humanos
Para indagar en las implicaciones que estos resultados tienen para los humanos, se examinaron muestras de sangre de 44 personas aquejadas de LES y se detectó la presencia de anticuerpos IgE autorreactivos, así como un incremento de los basófilos activados, elementos que no se detectaron en los controles de individuos saludables.
Los autores sugieren que “ambos factores estaban fuertemente asociados a la actividad de la enfermedad y al lupus nefrítico en los individuos con LES, lo que sugiere que la reducción de los niveles de anticuerpos IgE autorreactivos o de los basófilos activados podría dar como resultado ventajas terapéuticas”.
Uno de los posibles tratamientos, el medicamento para el asma denominado omalizumab, bloquea la IgE y le impide que se adhiera a la superficie de los basófilos, evitando así su activación, con lo que se podría evitar que tales basófilos provocasen inflamaciones en los riñones. El equipo del NIH se halla actualmente planificando un estudio sobre la seguridad del uso del omalizumab con enfermos de LES.
“Obviamente, aún está por ver si resultarán eficaces la terapia con omalizumab u otras estrategias destinadas a reducir la activación de los basófilos frente al lupus. Con todo, este trabajo abre nuevas vías para la investigación del lupus y, como mínimo, ya comprendemos cómo se potencia la producción de anticuerpos en esta enfermedad”, explica Juan Rivera, autor principal del estudio.
Rivera apunta que los trabajos futuros del grupo se dedicarán a explorar otras vías para evitar la unión de los anticuerpos IgE y los basófilos. Asimismo, tratarán de determinar si la eliminación o desactivación de la población de basófilos podría reducir la producción de anticuerpos autorreactivos que puedan desencadenar daños renales en los individuos aquejados de LES.
Más información sobre el lupus eritematoso sistémico: http://www.niams.nih.gov/Health_Info/Lupus/default.asp.
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Referencia bibliográfica:
Nicolas Charles, Donna Hardwick, Eric Daugas, Gabor G Illei & Juan Rivera. “Basophils and the T helper 2 environment can promote the development of lupus nephritis”. Nature Medicine, on line 30 de mayo de 2010; doi:10.1038/nm.2159.
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