La Academia Europea de Microbiología publica ahora en la revista científica EMBO Molecular Medicine sus conclusiones sobre cómo evitar, o al menos minimizar, los efectos de otro posible brote de E. coli como el de 2011 en Alemania. La mal llamada crisis de los pepinos se saldó con la muerte de 54 personas.
Tras el brote de E. coli que afectó a Alemania y posteriormente a Francia la primavera del año pasado, la Academia Europea de Microbiología reunió el pasado diciembre en París a un grupo de expertos mundiales para analizar lo sucedido y proponer estrategias para evitar o al menos minimizar los efectos de otros posibles brotes.
Coordinado por Miguel Vicente, investigador del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, la revista científica EMBO Molecular Medicine publica ahora un artículo que recoge las conclusiones de la reunión.
A pesar de la rapidez con la que se secuenció el genoma de la cepa de E. coli causante del brote, la mal llamada crisis de los pepinos se saldó con la muerte de 54 personas, en su mayoría ciudadanos alemanes, y una enormes pérdidas económicas en varios países, entre ellos España.
Pese a todos los esfuerzos por identificarlo, no se tiene certeza de dónde ni cómo se originó el brote epidémico y solo existen explicaciones circunstanciales. Lamentablemente, puede volver a darse un brote similar en cualquier momento, por lo que los expertos señalan una serie de recomendaciones para minimizar en lo posible sus efectos.
La cepa O104:H4 muestra una sorprendente capacidad de adhesión al intestino y produce una toxina que provoca graves daños renales. Estos efectos por ahora sólo se pueden paliar eliminando la toxina mediante diálisis y manteniendo el equilibrio de electrolitos en sangre.
Algunos antibióticos como meropenem, azitromicina o tigeciclina podrían utilizarse ya que la cepa es sensible a ellos. Otros antibióticos como la ciprofloxacina han de usarse con mucha precaución pues en dosis no inhibitorias pueden provocar un aumento en la producción de la toxina.
Más recomendaciones de los expertos
Un anticuerpo comercializado como Eculizumab puede disminuir los efectos negativos en la respuesta inmunitaria que se genera en el organismo contra las toxinas de esta cepa de E. coli, pero tiene el riesgo asociado de disminuir la propia capacidad de defensa del cuerpo.
Los expertos recomiendan que las autoridades sanitarias dispongan de procedimientos para que en este tipo de brotes el genotipado de las bacterias causantes se haga a la mayor brevedad posible. De él depende tanto el tratamiento como la eliminación de los focos de infección.
Se hace asimismo hincapié en la necesidad de investigar a fondo los mecanismos por los que la toxina hace su efecto para así conseguir fármacos que impidan su acción en el riñón, y en la búsqueda de nuevos antibióticos que frenen la infección.
Por último, los investigadores proponen que se mejore la comunicación entre los científicos, los responsables políticos y los medios de difusión para que se afronten estos sucesos con una base científica fiable y adecuada a cada caso para minimizar los efectos sobre los ciudadanos y los sectores productivos.