Conseguir una valoración integral del maltrato desde el punto de vista de la pericia médica ha sido un objetivo reiteradamente perseguido en los casos de violencia doméstica. En el departamento de Toxicología y Legislación Sanitaria de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) se ha desarrollado una escala de valoración de la calidad de los partes de lesiones que se utilizan en los casos de violencia sobre la mujer.
El Departamento de Toxicología y Legislación Sanitaria de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha desarrollado un baremo para valorar la calidad de los partes de lesiones donde se recogen los diez tipos de información fundamentales.
Cada uno de estos diez grupos de datos tiene asociado un valor en función de su relevancia. Se proporcionará una puntuación de calidad a cada parte de lesiones en función de la presencia o ausencia de estos grupos de datos y de la importancia de los mismos.
“Con esta escala de valoración pretendemos sentar las bases para la redacción de partes de lesiones de violencia de género de calidad, dada la gran cantidad de defectos que hemos observado en partes de este tipo durante nuestro ejercicio profesional diario”, explica Juan de Dios Casas Sánchez, coautor del estudio publicado en la revista Gaceta Sanitaria.
Una vez ideada la escala se aplicó a una muestra muy amplia de partes, comparando las lesiones que se describían en los mismos con las que presentaba la víctima antes de su curación y que fueron recogidas por el médico forense.
Tras el análisis de los resultados del estudio se observó que la procedencia de los partes de lesiones era muy diversa, el 61,2% procedía de los servicios de urgencia (incluyendo SAMUR, SUMMA…), el 25,6% de atención primaria, y el resto, de los demás centros u organismos que componen el sistema sanitario publico en la Comunidad de Madrid (por ejemplo, CAS).
La calidad de los partes de lesiones procedentes del SAMUR y del SUMMA resultó marcadamente superior, en parte porque estaban protocolizados para cualquier tipo de agresión, mientras que el resto no seguían un modelo determinado. El estudio puso de manifiesto muchas carencias en relación al contenido reflejado en los partes de lesiones. Fueron muy pocos los que reflejaban el estado psíquico de la víctima. También escaseó toda la información que pudiera esclarecer la situación de seguridad de la víctima (indicar si la víctima acudía sola o acompañada, antecedentes de maltrato…).
Los hematomas y las erosiones fueron las lesiones más frecuentes, con una buena descripción del tipo y la localización; sin embargo, con muchas carencias en lo referente al aspecto evolutivo, información muy importante para la datación de las lesiones. En resumen, de los resultados del estudio se dedujo que casi un tercio de las victimas no hubieran podido ser valoradas de acuerdo con las lesiones y situación de maltrato que realmente padecían si el reconocimiento medico forense se hubiera realizado después de producirse la curación de las lesiones.
Asimismo el estudio mostró que los partes de lesiones utilizados en los casos de violencia sobre la mujer son manifiestamente mejorables. “Como solución a esta situación proponemos no solo la aplicación de la escala de valoración del estudio -que puede servir a nivel sanitario-administrativo para controlar la calidad- sino también el uso de un modelo protocolizado de parte de lesiones, pues este estudio ha demostrado que la calidad de los partes de lesiones procedentes de instituciones sanitarias que utilizan algún tipo de documento normalizado es muy superior a la del resto de instituciones donde no se sigue ningún modelo determinado”, concluye Casas Sánchez.
La violencia machista
La violencia de género es una de las formas de violencia con más siglos de historia. El problema radica en que hasta hace poco ha sido un tipo de violencia encubierta –no denunciada- pues se consideraba exclusivamente propia del ámbito privado. Es en estos últimos años cuando ha cobrado especial importancia en España debido al enorme número de casos que se denuncian anualmente gracias, fundamentalmente, al apoyo (legislación, campañas publicitarias, etc.) promovido desde las distintas instituciones.
Desde un punto de vista judicial resulta fundamental la valoración médico forense de las lesiones –tanto físicas como psíquicas- que presentan las victimas. La metodología a seguir cuando una mujer es agredida por su compañero sentimental y está decidida a denunciar es interponer la denuncia y someterse a un examen en un centro sanitario que valore las posibles lesiones que presente.
La naturaleza de las lesiones se recoge en un documento médico legal que se denomina parte de lesiones. Por otra parte, antes de celebrase el juicio es necesario que se haya realizado una valoración médico forense de las lesiones que presenta la victima; esta valoración se realiza en base a la exploración que realiza el médico forense y a lo recogido en el parte de lesiones.
Uno de los objetivos fundamentales de esta valoración es establecer la relación de causalidad entre las lesiones que presenta la víctima y la descripción que proporciona sobre los hechos de la agresión, este punto está en íntima conexión con el riesgo que presenta la víctima de sufrir nuevas agresiones o agresiones más graves.
Por tanto, para que la valoración médico forense se pueda realizar de forma adecuada es necesario disponer de un parte de lesiones completo y de calidad, sobre todo en aquellos casos en los que hayan transcurrido varios días entre el momento de la agresión y el examen del médico forense con la consecuente evolución en el estado de las lesiones, llegando incluso a darse el caso en que las lesiones estén ya curadas y hayan desaparecido en el momento del examen.
Bibliografía:
García Minguito L, et al. Propuesta de baremo (de escala) para analizar la calidad de los partes de lesiones en casos de violencia de género. Gac Sanit. 2011. doi:10.1016/j.gaceta.2011.07.025