Los resultados de la Encuesta de Integración Social y Salud 2012, publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística, revelan que la prevalencia de la discapacidad se sitúa en el 16,7% de las personas de 15 años y más. Además, la mitad ellas afirma tener falta de ayuda para participar en actividades cotidianas.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha hecho hoy pública la última actualización de la Encuesta de Integración Social y Salud, cuyo objetivo es informar sobre la interacción entre la condición de salud y la integración social en la población española, identificando y caracterizando a las personas con discapacidad.
El informe, realizado a partir de 14.600 entrevistas, muestra que el 16,7% de la población de 15 y más años “manifiesta algún grado de limitación en la participación social debido a su condición de salud”.
Según la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF), aprobada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2001, la discapacidad es la situación resultante de la interacción entre la condición de salud y los factores contextuales, pudiendo ser personales (como el sexo, la edad, educación, etc.) o ambientales (como las barreras arquitectónicas, servicios a disposición de la población, etc.).
La aplicación de esta clasificación impide que sean comparables los resultados con los de anteriores encuestas de discapacidad publicadas por el INE basadas en anteriores clasificaciones de la OMS.
Asimismo, a medida que aumenta la edad, dichas limitaciones se hacen más patentes: hasta 44 años la discapacidad está presente en menos de una de cada 10 personas, frente a más de cinco de cada 10 entre los mayores de 74 años. El grupo de 85 y más años es donde la discapacidad está más extendida.
Además, tres de cada cuatro personas manifiestan verse limitadas por un problema de salud en algún ámbito de la vida. Por sexo, se observa una mayor prevalencia entre las mujeres (20,0%) que entre los hombres (13,3%) y, aunque este hecho se observa en todos los grupos de edad, a partir de los 35 años estas diferencias comienzan a ser más significativas.
Las comunidades autónomas que presentan mayores tasas de población que declara discapacidad son Andalucía (19,8%), Región de Murcia (19,6%), y Principado de Asturias (19,1%); mientras que Aragón (12,6%), Illes Balears (12,9%) y Comunidad Foral de Navarra (13,6%) son las que menos.
Perfil de la persona discapacitada
La población con discapacidad se caracteriza por una mayor presencia de mujeres (seis de cada 10) y de personas de edad avanzada (casi la mitad son mayores de 64 años). El 7,7% ha nacido en el extranjero, mientras que este porcentaje es el doble entre las personas sin discapacidad (15,3%).
El cuanto al nivel de formación, en la población con discapacidad de 15 a 64 años se observa un mayor porcentaje de personas con estudios secundarios de primera etapa o inferiores (66,6%) que en la población sin discapacidad (44,2%). Los estudios superiores también tienen menos peso en las personas con discapacidad de 15 a 64 años que en el resto (14,5% frente al 31,7%).
En relación a su situación laboral, el 44,1% de la población con discapacidad está jubilado, el 14,1% declara estar trabajando y el 12,7% en desempleo. Según estas cifras la tasa de paro de la población con discapacidad ascendería al 47,4%.
Por último, el 50,9% de las personas con discapacidad señala alguna limitación funcional importante (ver, oír, caminar...), el 38,7% para hacer las actividades del hogar (hacer las compras, las tareas del hogar o los trámites administrativos del día a día) y el 20,6% para llevar a cabo las actividades de autocuidado (comer, asearse, vestirse, etc.).
Dónde se presenta la discapacidad
Entre las distintas situaciones de la vida diaria donde la población con discapacidad ve limitada su participación, destacan el acceso a un empleo adecuado (40,8%), la movilidad para salir de casa (58,5%) y las actividades de ocio o culturales (69,0%).
Entre las personas con discapacidad menores de 65 años cabe destacar la importancia de las restricciones para acceder a un empleo adecuado (60,7% de este grupo de edad), mientras que entre los de 65 y más años resalta las barreras para salir de casa (68,1%).
Falta de ayudas
Para la mitad de las personas con discapacidad, la falta de ayudas técnicas o personales es una barrera para poder participar en las actividades cotidianas. Esta circunstancia es más habitual entre las mujeres (53,2%) que entre los hombres (46,0%),
Por grupos de edad, la ausencia de ayudas es indicada por el 41,4% de las personas de 15 a 44 años y el 59,3% de los mayores de 74 años. Por tipo de ayuda, el 40,9% señala la falta de asistencia personal y el 39,5% de ayudas técnicas (tres de cada 10 dicen necesitar ambos tipos de ayuda).
Estado de salud en discapacidad
El 17,5% de la población con discapacidad dice tener un estado de salud bueno o muy bueno frente al 34,7% que afirma que es malo o muy malo. Entre las personas sin discapacidad, el 82,4% considera que es positivo y el 1,3% negativo.
Se observa una valoración desigual del estado de salud según el sexo. Las mujeres con discapacidad que valoran de forma negativa su estado de salud superan en un 20,8% a las que lo valoran de forma positiva, mientras que en los hombres la brecha es del 11,6%.
Discriminación percibida
El 12,2% de la población percibe algún trato injusto por parte de otras personas. Esta apreciación es mayor entre la mujeres (14,4%) que entre los hombres (9,9%). Los principales motivos de discriminación son la edad (5,8% de la población) y el sexo 3,1% (5,2% en el caso de las mujeres).
Sin embargo, la tasa aumenta hasta el 16,5% en las personas con discapacidad, que se sienten discriminadas por su condición de salud. La percepción de discriminación es mayor en los más jóvenes (26,6% en los menores de 45 años y 7,3% en los mayores de 74 años).