Un grupo de investigadores del Departamento de Farmacología y Terapéutica de la Universidad Autónoma de Madrid, ha constatado que los resultados obtenidos en modelos experimentales no se pueden aplicar al 100% en humanos debido a las diferencias existentes entre las distintas especies.
El estudio de un determinado tipo celular, como la célula cromafín, en especies diferentes a la humana no siempre es suficiente para inducir cuál es el comportamiento real en nuestro organismo. Los datos obtenidos en otros mamíferos nos pueden dar una idea de que en los humanos existe un sistema similar pero esto ha de confirmarse, siempre que sea posible, en el sistema humano.
La adrenalina, la neurohormona que se libera al torrente sanguíneo en grandes cantidades cuando hay una amenaza para nuestra integridad, es la responsable de la respuesta de nuestro organismo denominada de “lucha o huída”. Este neurotransmisor se sintetiza en la parte interna, llamada médula, de las glándulas suprarrenales formando parte del sistema nervioso simpático que, a su vez, forma parte del sistema nervioso periférico. El estímulo que la provoca es un estímulo estresante, que origina una respuesta fisiológica, necesaria y normal cuando es limitada en el tiempo, que prepara a nuestro organismo para afrontar la situación. Un ejemplo sería la aparición de un animal peligroso; el cerebro percibe a través de la vista la amenaza y envía orden, por diversas vías, de preparar ciertos sistemas para que estén en disponibilidad de funcionar al máximo rendimiento inmediatamente. El mensajero que viaja a través de la sangre es la adrenalina, y este mensaje es enviado principalmente al corazón para que bombee más sangre a los músculos puesto que los vamos a necesitar más que nunca, a los vasos sanguíneos para que se contraigan y no retengan sangre donde no es necesaria en este momento (piel, sistema digestivo), al sistema respiratorio para acelerar la respiración y tener más oxígeno disponible, a los ojos para tener una visión más clara y lejana.
En la médula suprarrenal se encuentran unas células denominadas cromafines, derivadas del mismo tejido embrionario que da lugar al sistema nervioso, el neuroectodermo. Debido a sus características, estudiadas en diversas especies animales, como su excitabilidad y su capacidad de liberar neurotransmisores, se considera un buen modelo neuronal.
Los autores del estudio han publicado sus resultados en la prestigiosa revista de fisiología Pflügers Archiv (Perez-Alvarez et al., 2008), donde aportan información adicional a la que ya se conoce de este tipo celular en otras especies de mamíferos, y constatan diferencias que sin duda ayudarán a comprender su funcionamiento en la especie humana. En primer lugar, contrario a lo que se creía, no todas las células son iguales entre sí. Se sabe que la entrada de calcio al interior celular es la responsable de la liberación de adrenalina y esta se produce esencialmente, a través de unas compuertas denominadas canales de calcio. Además, los investigadores encontraron un canal de calcio, presente también en neuronas, que anteriormente no se había descrito en la célula cromafín humana. Este grupo, dirigido por la Dra. Almudena Albillos, del Departamento de Farmacología y Terapéutica de la Facultad de Medicina, ha encontrado dos tipos celulares diferentes; uno en el que la entrada de calcio se producía principalmente a través del canal N, y otro en el que se producía a través del canal P/Q. Este último era el que hasta la fecha se consideraba principal y que por lo tanto podía ser el responsable mayoritario de la secreción de adrenalina. En el curso de la investigación, además, constataron la presencia de un canal de calcio denominado R (de resistente), presente en diversos tipos neuronales. Este canal tiene como característica diferenciadora que su actividad no se ve afectada por los fármacos clásicos bloqueantes de canales de calcio, lo que arroja interesante información sobre los posibles efectos que pueden tener, o dejar de tener, los fármacos empleados en la terapéutica actual sobre el sistema estudiado.
La catástrofe causa por este fenómeno meteorológico extremo nos ha atravesado, causando una conmoción y un profundísimo dolor colectivo: las pérdidas humanas, la angustia, el espanto, las pérdidas materiales, el futuro. Nos preguntamos: ¿cómo ha podido pasar esto en una sociedad desarrollada e hipercomunicada?
Este barco científico dispone de tecnología para obtener imágenes detalladas del fondo marino y explorar zonas de difícil acceso, y cuenta con especialistas que contribuirán al monitoreo de la calidad del agua y del impacto ambiental. Se estima que alcanzará la costa de Valencia el próximo 9 de noviembre.
