¿Genera un mercado laboral sin regulación por parte del Estado el nivel y la calidad de empleo deseado desde un punto de vista social? Para dar respuesta a esta pregunta, profesores de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Universidad Carlos III de Madrid han desarrollado un modelo de búsqueda de empleo donde los trabajadores desempleados y las empresas con puestos vacantes tienen que invertir tiempo y recursos para buscar un emparejamiento adecuado.
El emparejamiento entre un trabajador y una vacante genera unas rentas, y a diferencia de los mercados competitivos, los salarios vienen determinados por negociaciones entre empresa y trabajador, una vez que se ha formado el emparejamiento entre ambos. Varios trabajos en esta extensa literatura de desempleo han demostrado que esta forma de negociación salarial descentralizada, en general, conduce a resultados ineficientes. Si bien consideran un escenario donde todos los trabajadores y las empresas tienen características homogéneas. Por el contrario, en este estudio, los autores Maite Blázquez del Departamento de Análisis Económico de la Universidad Autónoma de Madrid y Marcel Jansen del Departamento de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid, consideran que existen dos tipos de trabajadores con distintos niveles de cualificación y dos tipos de trabajos, cualificados y no cualificados. Ambos tipos de trabajadores pueden desempeñar trabajos no cualificados, pero sólo los trabajadores con alto nivel de cualificación pueden desempeñar trabajos cualificados. En este contexto, por tanto, la eficiencia no sólo va a depender del número de trabajos sino también de la composición y la calidad de los emparejamientos.
El resultado principal del trabajo, publicado en European Economic Review (European Economic Review 52 (2008) 498–526), demuestra que el mercado nunca genera un resultado eficiente. En particular, fijando el poder de negociación de los trabajadores en el nivel que genera un resultado eficiente bajo el supuesto de trabajadores con características idénticas, los autores demuestran que la negociación descentralizada comprime la distribución de los salarios, en el sentido de que el salario que reciben los trabajadores con bajo nivel de cualificación es mayor que su productividad esperada, mientras que ocurre todo los contrario para los trabajadores con alto nivel de cualificación. En equilibrio, esta situación puede producir dos efectos: 1º) el salario relativamente bajo de los trabajadores con mayor nivel de cualificación puede inducir a estos trabajadores a aceptar trabajos no cualificados, dando lugar a un problema de sobre-educación, cuando lo óptimo sería que esperasen a recibir una oferta de trabajo cualificado; 2º) las empresas pueden decidir abrir demasiadas vacantes de trabajo cualificado. Ambos efectos suelen perjudicar a los trabajadores con bajo nivel de cualificación, que experimentan unas tasas de desempleo por encima de lo que resultaría eficiente.
Por último, y como extensión a los resultados previos, demostramos que el hecho de partir de un supuesto de mercados separados para los distintos tipos de trabajos, con búsqueda dirigida por parte de los trabajadores, no es suficiente para garantizar unos resultados eficientes. Por tanto, la investigación futura en este contexto va dirigida a la proposición de políticas que permitan mejorar la eficiencia en un mercado laboral con estas características.