Un grupo de investigación liderado por el Centro Tecnológico Forestal de Cataluña ha desarrollado un método simple y sencillo para detectar la aparición de setas, combinando trampas de esporas y análisis de ADN. El desarrollo de esta técnica permitirá ahorrar costes de muestreo, además de abrir la puerta a múltiples aplicaciones como la detección de setas amenazadas y la presencia de hongos patógenos o alérgenos.
Mediante unas sencillas trampas de esporas, un equipo formado por técnicos e investigadores de varias instituciones científicas ha determinado la comunidad de setas presentes en un pinar de Poblet (Cataluña). Esta nueva técnica permite obtener datos fiables y representativos de la producción de setas de manera ágil y más económica que la realizada tradicionalmente, basada en métodos de muestreo que requieren un trabajo de campo exhaustivo, tanto en espacio como en tiempo.
Según Carlos Castaño, investigador del Forest Bioengineering Solutions, empresa spin-off del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña y coautor del estudio, esta técnica también abre la puerta a múltiples aplicaciones prácticas, entre las que destaca “estimar la producción de setas de una zona geográfica amplia, así como los efectos del cambio climático en estas poblaciones”. Además, otras aplicaciones incluirían el estudio de hongos patógenos y alérgenos, o bien la presencia de setas amenazadas.
En el estudio, publicado en la revista Applied and Environmental Microbiology, también han participado miembros de otras instituciones, como la Swedish University of Agricultural Science y el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias.
El desarrollo de nuevas técnicas de seguimiento favorece la estimación de la producción de setas silvestres comestibles, un producto cada vez más valorado en los mercados alimentarios de todo el mundo. Este tipo de producción apenas se ha empezado a incluir en los planes de gestión forestal, tradicionalmente enfocados en la producción de madera. España es uno de los mayores productores de setas de Europa, junto con Francia, Holanda o Polonia, y esta puede ser una herramienta para estudiar no sólo las producciones, sino también para conocer los efectos del cambio climático en las poblaciones de setas.
Estudios de ADN para identificar las diferentes especies
Para llegar a estos resultados, el equipo ha utilizado técnicas moleculares que permiten identificar especies de hongos mediante el análisis de ADN de las diferentes esporas atrapadas en las trampas. De este modo, han identificado hasta 2000 especies diferentes de hongos en este estudio, muchas más de las que se identificarían mediante métodos tradicionales. Así pues, el grupo investigador pudo identificar otras especies fúngicas que no estaban presentes en las parcelas de estudio. Castaño explica que “estas esporas provienen de otros lugares más alejados”, y que por tanto “pueden permitir nuevos estudios sobre la dispersión de las setas en un territorio”.
A partir de estos datos, los autores encontraron una relación significativa entre la abundancia de esporas del níscalo y la producción de esta seta. Además, para validar la técnica, repitieron el estudio para las 12 especies más abundantes de las parcelas.
Referencia bibliográfica:
Castaño C, Oliva J, Martínez de Aragón J, Alday JG, Parladé J, Pera J, Bonet JA. 2017. Mushroom emergence detected by combining spore trapping with molecular techniques. Appl Environ Microbiol 83:e00600-17. https://doi.org/10.1128/AEM.00600-17