La cría en cautividad de reptiles tiene como principal objetivo la obtención de piel, pero algunos restaurantes y grupos de población también demandan su carne. Un estudio indica que su consumo puede tener efectos secundarios que harán cuestionarse las virtudes de esta ‘delicatessen’.
Parásitos, bacterias o virus, y en menor medida contaminación con metales pesados y residuos de fármacos veterinarios. Comer carne de reptiles puede generar algunos problemas en la salud. Así lo indica un estudio publicado en la revista International Journal of Food Microbiology, que revela que ciertas enfermedades (triquinosis, pentastomiasis, gnathostomiasis y sparganosis) pueden adquirirse mediante el consumo de carne de reptiles como cocodrilo, tortuga, lagarto o serpiente.
“El riesgo microbiológico más evidente es la posible presencia de bacterias patógenas como sobre todo Salmonella, y también Shigella, Escherichia coli, Yersinia enterolitica, Campylobacter, Clostridium y Staphylococcus aureus, causantes de enfermedades de diversa gravedad”, explica a SINC Simone Magnino, autor principal del estudio e investigador en la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para este experto, los datos sobre los riesgos en salud pública son todavía poco concluyentes, pues no hay información contrastada sobre su consumo y sobre la prevalencia de patógenos. Además, son escasas las investigaciones publicadas sobre casos de enfermedad asociada a su consumo.
“Aunque la mayoría de la información publicada sobre estos riesgos se refiere a reptiles criados como animales domésticos (mascotas), también hay publicaciones que citan especies salvajes o de cría”, puntualiza Magnino.
Aconsejan congelar la carne
Los expertos aconsejan la congelación de la carne, como otros alimentos de origen animal, ya que así se inactivan los parásitos. El procesado industrial y los tratamientos culinarios adecuados (no dejar la carne cruda) pueden también inactivar los patógenos.
El Comité de Riesgos Biológicos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (European Food Safety Authority, EFSA) realiza un asesoramiento científico independiente sobre las cuestiones que afectan directa o indirectamente a la seguridad alimentaria, incluidos los riesgos asociados al consumo de carne de reptiles.
El objetivo de las evaluaciones de riesgo es suministrar a los organismos competentes (Comisión Europea, Parlamento Europeo, Consejo, y Estados miembros) una base científica para ayudar a la elaboración de medidas legislativas que garanticen la protección de los consumidores.
Algunos países usan las tortugas, cocodrilos, serpientes y lagartos como fuente de proteína en alimentación humana. En la UE se puede encontrar carne congelada importada de cocodrilo, caimán, iguana y pitón. Las importaciones - en aumento- provienen sobre todo de Sudáfrica, EE UU y Zimbabwe, y se concentran en Bélgica, Francia, Alemania, Países Bajos y Reino Unido.
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Referencia bibliográfica:
Simone Magnino, Pierre Colin, Eduardo Dei-Cas, Mogens Madsen, Jim McLauchlin, Karsten Nöckler, Miguel Prieto Maradona, Eirini Tsigarida, Emmanuel Vanopdenbosch y Carlos Van Peteghem. “Biological risks associated with consumption of reptile products”. International Journal of Food Microbiology 134 (2009) 163–175, septiembre de 2009.
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