Investigadores de la Universidad de Salamanca han analizado cuáles son los efectos de los compuestos flavonoides, sustancias que el hombre consume a través de los vegetales y que parecen tener efectos beneficiosos para la salud, en un gusano que se emplea como organismo modelo en estudios biomédicos, el Caenorhabditis elegans. Centrados en el metabolismo de estos compuestos, el grupo ha descubierto que la forma en la que son procesados es similar en el nematodo y en el cuerpo humano.
Celestino Santos Buelga, investigador del Departamento de Química Analítica, Nutrición y Bromatología de la Universidad de Salamanca, es el responsable de este estudio en el gusano de los flavonoides, un tipo de compuestos fenólicos.
Después de casi tres años, varias investigaciones que se han plasmado en artículos publicados en revistas científicas apuntan a numerosos efectos de estas sustancias sobre el C. elegans, como una mayor longevidad o una mayor resistencia frente a estrés oxidativo y a estrés térmico.
Sin embargo, “el valor añadido que nosotros aportamos es analizar el metabolismo que estos compuestos sufren en el gusano y cuáles son los compuestos activos que se forman como consecuencia del procesamiento de estas sustancias”, asegura Santos Buelga.
Por eso, buena parte del trabajo de los investigadores consiste en detectar, identificar y caracterizar los metabolitos que se forman en el nematodo y que pueden ser activos.
Quercetina
Además, todo ello está directamente relacionado con la investigación que en etapas anteriores ha llevado a cabo el equipo de Celestino Santos. “Hemos descrito los mecanismos de acción de la quercetina, un flavonoide muy abundante en el reino vegetal y en los alimentos, y hemos sido capaces de ver los efectos en distintos órganos usando ratas como modelo y viendo cuáles eran los metabolitos activos”, señala.
Otros compuestos flavonoides muy importantes estudiados en los últimos años por los científicos de la Facultad de Farmacia son las catequinas, muy abundantes en el té, el cacao o el vino. De hecho, la industria que produce estos alimentos está apostando por la investigación sobre este componente, que también se revela como beneficioso para diversos aspectos de la salud.
Precisamente, "lo más interesante que hemos concluido es que el gusano utiliza las quercetinas y las catequinas de un modo muy parecido a cómo lo hace el organismo de los mamíferos, así que es válido como modelo", destaca el investigador.
Esto significa que los metabolitos que se producen en C. elegans a partir de estos flavonoides "en parte son los mismos, es decir, que capta los compuestos y los metaboliza para obtener sustancias similares a las que produce el organismo humano". Después, los metabolitos vuelven a transformarse en las sustancias originales y es la acumulación de quercetinas y catequinas la responsable de los efectos beneficiosos.
Expresión génica
Ahora la investigación ha entrado en una nueva fase que tratará de estudiar la expresión génica. "La quercetina es un potente antioxidante, pero no sabemos si se trata de un efecto directo o si, por el contrario, lo que ocurre es que incide sobre la expresión de determinados genes, activando o reprimiéndolos", explica Celestino Santos.
Se trata de "ver qué genes se encienden o se apagan" a través de la acción de los compuestos flavonoides, un trabajo que requiere procesamiento bioinformático y para el que el equipo cuenta con la ayuda de una empresa de Madrid y el asesoramiento de José Luis Revuelta, investigador del Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG), centro mixto de la Universidad de Salamanca y el CSIC.
En este sentido, los resultados aún son inciertos, puesto que hasta ahora las escasas publicaciones científicas al respecto son contradictorias: unas indican que el efecto de los flavonoides es directo, otras que es indirecto a través de los genes y otras que se produce por las dos vías.
Sustancias beneficiosas en la prevención de enfermedades
“Tanto las catequinas como las quercetinas se han relacionado sobre todo con salud cardiovascular”, comenta Celestino Santos, puesto que “parecen indicadas para la prevención de enfermedades cardiovasculares”.
Incluso “hay estudios donde se han relacionado con la neurodegeneración, en el sentido de que podrían ayudar a prevenir el deterioro cognitivo, pero este aspecto no está tan comprobado como el anterior, aunque la investigación es muy activa en este terreno. “Un grupo portugués con el que estamos colaborando estudia si los metabolitos de catequinas son capaces de atravesar la barrera hematoencefálica y llegar al sistema nervioso central”, apunta el científico.
Otra línea de investigación es la protección frente a tumores del aparato digestivo, en particular, los efectos se localizarían en el intestino grueso, al que llegarían directamente el 90% de estas sustancias, según algunos estudios. “Muchos de estos compuestos van directamente al colon y allí son utilizados por la flora intestinal, que los transforma y son activos”, señala. En este sentido, una de las funciones de los flavonoides puede ser la de seleccionar la flora intestinal.