La relación entre la hormona del crecimiento y la obesidad se estudia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago (USC) con el fin de encontrar nuevas dianas terapéuticas contra la enfermedad. Los trabajos los realizan desde perspectivas distintas tres colaboradores del grupo de investigación dirigido por el catedrático Felipe Casanueva.
Los estudios fisiológicos en modelos animales sobre la hormona del crecimiento y los sistemas involucrados en la regulación del apetito y peso corporal los hace la investigadora Luísa Seoane. Sobre sus aportaciones, la científica destaca la publicación de su trabajo en la revista Endocrinology en el que propone “al estómago como un segundo cerebro”. Es en este órgano donde se produce mayormente la ghrelina, hormona implicada tanto en la secreción de la del crecimiento como en la regulación del apetito.
En el trabajo se demuestra que el estómago regula de manera independiente la producción de ghrelina “no solo al comer sino también cuando recibe estímulos externos como olores y sabores”. Según Luísa Seoane, “este dato es importante a la hora de diseñar nuevos tratamientos contra la obesidad”.
Los mecanismos en las células para activar la secreción de la hormona del crecimiento los aborda otro investigador del grupo, Jesús P. Camina. Analiza las rutas intracelulares asociadas a la interacción de la ghrelina con su receptor para el entendimiento de los mecanismos de acción de esta hormona. Relacionado con los estudios de Luísa Seoane, el trabajo muestra que el comportamiento celular de esta hormona determina sus acciones fisiológicas.
Por otra parte, Yolanda Pazos es la científica responsable de los estudios estructurales sobre ghrelina y substancias similares que se unen al receptor de esta para activar la secreción de la hormona del crecimiento. “Profundar en la estructura molecular permitirá conocer las claves de esta hormona” y de este modo, aclara, diseñar medicinas que también permitan tratar la obesidad.