La Región Africana de la OMS ha sido declarada libre de poliomielitis después de cuatro años sin un caso. Esta hazaña supone que el 90 % de la población mundial ya viva en territorios sin esta enfermedad y acerca la fase final de su eliminación.
Esta semana, la Región Africana de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha certificado un hito histórico. La zona ha sido declarada libre de poliomielitis salvaje – aquellos virus presentes de forma natural– después de cuatro años sin un caso.
Así, cinco de las seis regiones de la institución sanitaria –que representan más del 90 % de la población mundial– están libres del virus, con lo que ahora mismo nos encontramos más cerca de lograr su erradicación global. De hecho, en la actualidad solo dos países poseen transmisión: Pakistán y Afganistán.
“Poner fin al virus salvaje de la poliomielitis en África es uno de los mayores logros de nuestro tiempo en materia de salud pública y constituye una poderosa inspiración para terminar la erradicación de la poliomielitis de forma global”, declaró Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Según los expertos, los países coordinaron con éxito sus esfuerzos para superar los principales problemas que plantea la inmunización de los niños, como los altos niveles de movimiento de la población, los conflictos y la inseguridad que restringen el acceso a los servicios de salud, y la capacidad del virus para propagarse rápidamente y viajar a través de las fronteras.
Además, el programa contra la poliomielitis proporciona beneficios sanitarios a las comunidades locales, desde el apoyo a la respuesta de la región africana a COVID-19 hasta el refuerzo de la inmunización contra otras enfermedades prevenibles mediante vacunación.
“En un año difícil para la salud mundial, la certificación de la región africana como libre del virus salvaje de la poliomielitis es una señal de esperanza y progreso que muestra lo que puede lograrse mediante la colaboración y la perseverancia”, afirmó Holger Knaack, presidente de Rotary International, un organización internacional que presta servicios humanitarios.
Aunque se trata de una marca notable, los especialistas consideran que hay que continuar alerta: “El compromiso continuo de fortalecer los sistemas de inmunización y de salud es esencial para proteger los progresos realizados contra la poliomielitis salvaje y hacer frente a la propagación del virus de la poliomielitis de tipo 2 que circula con la vacuna (cVDPV2), presente en 16 países de la región”.
La baja inmunidad supone que esas cepas siguen representando una amenaza y que el riesgo se magnifica por las interrupciones en la vacunación debidas a la COVID-19, que han dejado a las comunidades más vulnerables a los brotes de cVDPV2.
Por ello, la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Poliomielitis hace un llamamiento a los países y donantes para que se mantengan vigilantes. “Hasta que no se erradique cada cepa en todo el mundo, los increíbles progresos realizados contra la poliomielitis a escala global estarán en peligro”.
La poliomielitis es una patología contagiosa causada por un virus que invade el sistema nervioso y que puede causar parálisis en cuestión de horas. El virus se transmite de persona a persona, principalmente por vía fecal-oral o, con menos frecuencia, a través de un vehículo común, como el agua o los alimentos contaminados, y se multiplica en el intestino.
Los síntomas iniciales son fiebre, cansancio, cefalea, vómitos, rigidez del cuello y dolores en los miembros. Una de cada 200 infecciones produce una parálisis irreversible (generalmente de las piernas) y, de estos casos, entre un 5 y un 10 % fallecen por parálisis de los músculos respiratorios.
Si bien no existe una cura, la enfermedad puede prevenirse mediante la administración de una vacuna eficaz. Por ello, instituciones de todo el mundo están realizando grandes esfuerzos para aumentar rápidamente los niveles de inmunidad en los niños y protegerlos de la parálisis de la poliomielitis.