Durante el siglo XIX existieron varios intentos para capturar el sonido o grabar vibraciones sonoras. El francés Édouard-Léon Scott de Martinville lo consiguió mediante su fonoautógrafo, pero tenía el problema de que la grabación no se podía reproducir después.
Entre 1876 y 1877, el inventor norteamericano Thomas Alva Edison dedicó sus esfuerzos a desarrollar un aparato que fuese capaz de grabar y también reproducir el sonido. El resultado sería la creación del fonógrafo.
El invento de Edison era un sistema de grabación analógica que transformaba las ondas sonoras en vibraciones mecánicas mediante un transductor acústico-mecánico. Esas vibraciones movían un estilete que grababa un surco sobre un cilindro. Para reproducir lo grabado, simplemente se invertía el proceso.
Edison anunció la creación del invento con su primera grabación, la de la canción Mary had a little lamb, el 21 de noviembre de 1877. El año siguiente, el 19 de febrero, patentó el dispositivo.
A partir de entonces surgieron varios inventos capaces de reproducir el sonido pero solo el gramófono, patentado en 1887 por Emile Berliner, logró destronar al invento de Edison.