Laia Alegret (izquierda) junto a dos estudiantes de doctorado, señalando el límite entre el Cretácico y el Paleógeno en la cueva de Geulhemmerberg (Países Bajos), donde se tomaron las muestras críticas que han proporcionado la primera medida del pH de las aguas oceánicas tras el impacto del asteroide / Laia Alegret
Laia Alegret (izquierda) junto a dos estudiantes de doctorado, señalando el límite entre el Cretácico y el Paleógeno en la cueva de Geulhemmerberg (Países Bajos), donde se tomaron las muestras críticas que han proporcionado la primera medida del pH de las aguas oceánicas tras el impacto del asteroide / Laia Alegret