Aunque los vídeos manipulados con IA se han convertido en armas de desinformación durante campañas electorales y en redes sociales, la misma tecnología que los genera puede servir para combatirlos. Herramientas como el análisis de sentimientos y el aprendizaje automático abren nuevas vías para frenar el avance de los bulos digitales.
Creadas por primera vez imágenes 3D con las que se puede interactuar directamente sin necesidad de gafas de realidad virtual u otros dispositivos.