Entrevista: Flora de Pablo, directora del Instituto de Salud Carlos III

"Las facultades de Medicina no son lugares progresistas"

SINC habla con Flora de Pablo, la primera mujer que dirige el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), sobre la responsabilidad de fomentar la investigación en biomedicina y ciencias de la salud. Presidenta de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas hasta 2007, doctora en Medicina por la Universidad de Salamanca y diplomada en Psicología, Flora de Pablo ha trabajado como becaria e investigadora en EE UU. Fue profesora de investigación en el Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC, donde dirigió el Grupo de Factores de Crecimiento en el Desarrollo de Vertebrados.

Flora de Pablo
Flora de Pablo, directora del Instituto de Salud Carlos III (SINC)

La semana pasada se hizo pública la Encuesta Nacional de Salud 2006-2007. ¿Qué le parece el dato sobre el alto riesgo de sufrir trastornos mentales de la población, incluidos niños y adolescentes?

Estas cifras han sorprendido bastante. Antes en el ámbito familiar, tener un hijo con problemas de salud mental se consideraba un estigma social tremendo y las familias tendían a ocultarlo. Ahora las enfermedades mentales empiezan a salir a la luz y se diagnostican antes y mejor. Ahora, esas patologías están tratadas como cualquier otra, y por tanto se diagnostican más. Se habla más de ellas y los pacientes aceptan manifestar sus sentimientos negativos de una manera más abierta. Eso ha contribuido a que la prevalencia de los distintos trastornos parezca más alta, aunque posiblemente no es muy diferente que hace 10 o 20 años.

Los estudios publicados indican que el consumo de sustancias estimulantes aumenta el riesgo, ¿es así?

Está claro que las drogas pueden hacer que una persona con tendencia genética desarrolle una patología, por ejemplo, de tipo esquizofrénico. Si no hubiera habido ese detonante no habría aparecido. Ocurre lo mismo con la intersección entre los virus y otras patologías. Una infección viral puede hacer que se desarrollen de una manera más evidente otros tipos de afecciones.

Otra enfermedad que condiciona la salud es la obesidad…

En relación con la obesidad, estamos como la mayoría de países occidentales. Antes en España había una nutrición algo deficitaria y ahora la alimentación está siendo inadecuada en otros aspectos. La gente compra aquello que agrada más al paladar o lo más barato en función de su poder adquisitivo. Esto produce que las personas que se rigen por criterios de paladar consuman más grasas y azúcares, y aquellos que valoran el aspecto económico, consuman menos verduras y pescado fresco. Otro factor importante es la falta de ejercicio, ya que sólo engorda lo que comes y no quemas.

Algo que ya es patente es el aumento de los riesgos para la salud, en especial de las mujeres, ¿cuál es su percepción?

La salud está muy ligada a la calidad de vida, y la calidad de vida media de las mujeres es, en este momento, peor que la de los hombres por razones variadas: duermen menos, hacen menos ejercicio y poseen una mayor carga de trabajo, tanto laboral como familiar, que les produce un mayor estrés en sus vidas. Es por ello que la percepción de su salud es peor que la de los hombres. Además, aunque viven más, desarrollan más patologías crónicas y de tipo invalidante debido a esa peor calidad de vida.

¿Son igualmente tratados en la consulta hombres y mujeres?

Una cosa es la calidad de vida de las mujeres y si es mejor que la de los hombres, y otra si tienen el mismo acceso a diagnósticos y tratamientos. En este tema he puesto mucho énfasis, ya que hay que aspirar a la equidad sexual en el acceso a la medicina y a los recursos médicos. Cuando a veces comento entre mis colegas hombres que no es igual tratado un síntoma en una mujer que en un hombre, ellos no lo aceptan. Aunque no se disponen de datos en España, tengo todavía la impresión de que los síntomas tienden a minimizarse en las mujeres. En el caso del infarto de miocardio, por ejemplo, son las propias mujeres las que dan menos importancia a las molestias. El paradigma de un dolor en el pecho en los varones suele ser un infarto de miocardio, mientras que en las mujeres se suele interpretar como un trastorno de ansiedad o un dolor de estómago. Esos son estereotipos que desgraciadamente aún no han desaparecido, aunque no me cabe duda de que en la medicina hospitalaria hoy en día el sexo no es una variable diferencial.

En el IV Foro sobre Mujeres, Salud y Género, se concluyó que el incremento del número de mujeres en la sanidad pública no se refleja en los puestos de responsabilidad, ¿qué opina usted como directora de un centro de investigación?

Es totalmente inaceptable que haya solamente un 12% de catedráticas en Medicina, cuando más del 50% de los alumnos son mujeres desde hace décadas. Esto quiere decir que, o bien no se las ha estimulado, o se las ha frenado. Cualquiera de las dos cosas es negativa y debería ser objeto de políticas concretas en el ámbito de las facultades de Medicina, a través de los rectorados, para que se aplique estrictamente la ley de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, y que se pongan en práctica los planes de igualdad exigidos para todas las universidades y que sólo algunas tienen. Esto debería cambiar pronto y llegar, por lo menos al 30% de catedráticas. Así se conseguiría un paralelismo entre el número de mujeres licenciadas que han salido de la universidad en las últimas décadas con excelentes expedientes y el número de mujeres que han accedido a una carrera profesional docente universitaria. Las facultades españolas de Medicina no son lugares especialmente progresistas, aunque el caso de medicina no está muy lejos de la media (un 14% de mujeres catedráticas).

¿Y en la investigación?

En el ámbito de la investigación biomédica la situación es parecida, aunque en los Organismos Públicos de Investigación como el Instituto de Salud Carlos III tenemos prácticamente una equivalencia entre sexos. El problema es que, en algunos centros nuevos, vuelvo a observar una predominancia de investigadores principales hombres. Esto no tiene justificación e indica que algo está fallando en los mecanismos de motivación y selección, ya que las brillantes licenciadas y doctoras que salen en Medicina no están encontrando facilidades para emprender una carrera de investigación.

Otro tema especialmente importante para las mujeres es la ley del aborto. En esta nueva legislatura, ¿cree que se producirá una actualización de la legislación?

Es un debate que sale fuera de las competencias legislativas del Instituto, pero te puedo contestar como mujer y ciudadana. Creo que el mínimo es llegar al total cumplimiento de la ley con la máxima protección para las mujeres que optan por esta situación. Y eso sí que se va a reforzar en esta legislatura. En cuanto a que se abra una discusión más amplia para que se elabore una ley de plazos no lo vamos a saber hasta que no haya un nuevo gobierno.

Es un hecho empírico el aumento de la ingesta de fármacos, ¿no le parece peligrosa esta medicalización de la vida?

En las sociedades occidentales la tolerancia a las dificultades es cada vez menor. Antes existía un mayor estoicismo, ahora la gente en general recurre a los medicamentos. Esto tiene que ver con la necesidad de corregir rápidamente esa incomodidad o dolor para poder continuar con las actividades cotidianas. Por otra parte, las medicinas son más accesibles y se publicitan, y hay farmacias en todas las esquinas. Estamos en un mundo donde el acceso a las terapias farmacológicas es mucho más fácil y rápido que tomar otras medidas como relajarse, cuidarse y descansar.

¿Cómo ve la investigación biomédica de España en el futuro?

Prometedora, pero necesitada de unas cuantas vitaminas. Necesita reforzar sus recursos económicos y humanos, disminuir su burocracia y aumentar la motivación en la gente joven.

¿En qué momento del proceso se encuentra la conversión del Instituto de Salud Carlos III en agencia estatal?

Este cambio emana de la Ley de Agencias de 2006 y se encuentra ya en un proceso muy avanzado. Estamos pendientes de que se emita el informe del Consejo de Estado sobre nuestra propuesta de Estatuto y confío en que se desbloquee en las próximas semanas.

¿Cuáles pueden ser las consecuencias de ese cambio?

Le va a afectar muy intensamente porque va a ser una oportunidad de transformar la estructura del propio instituto, fusionando algunas subdirecciones y reestructurándolas posiblemente en investigación, servicios y fomento de la investigación. Esto dejará un margen para focalizar los temas que ahora son prioritarios. Para hacer buena investigación dentro y fuera de nuestros muros hace falta un nivel muy exigente de autocrítica y reformulación de las divisiones y los centros. La oportunidad de transformarnos en agencia, tener más agilidad en la gestión y más autonomía en el reparto de los recursos, aporta una mayor capacidad para diseñar la carrera científica de una manera más estimulante.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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