Ayer comenzó en Barcelona la 15ª Conferencia Europea del Sida, que se celebra cada dos años desde 1987 y que en esta edición cuenta con más de 3.500 participantes. Josep Mª Gatell, copresidente del encuentro, ha hablado con Sinc sobre los avances que traerá la reunión y la situación del virus en el continente. La gran preocupación sigue siendo la prevención.
¿Cómo ha cambiado en los últimos años la situación del sida en Europa?
En Europa occidental (países como España, Francia o Inglaterra), la situación epidemiológica se mantiene estable, es decir, tampoco se está reduciendo tanto como se tendría que mitigar. Por eso hay que implementar nuevas técnicas de prevención: identificar las nuevas infecciones y tratarlas para que no transmitan el virus, o identificar determinados grupos de riesgo muy alto y ofrecerles profilaxis preexposición. Hay que evaluar técnicas para reducir el impacto de la epidemia, ya que hasta ahora no lo hemos conseguido con suficiente rapidez.
¿Y hay grandes diferencias con el resto de Europa?
Sí, de hecho durante la conferencia se hará un especial hincapié en normas y estándares clínicos para países del este de Europa. Las condiciones en esta zona son problemáticas y bastante dramáticas en relación con el VIH. A pesar de que son países que están aquí al lado, tienen una situación que se parece bastante a la del África subsahariana.
¿Qué otros resultados se presentarán durante el encuentro?
El viernes se presentarán las nuevas recomendaciones de la Sociedad Europea del Sida (EACS, por sus siglas en inglés) para el tratamiento del VIH y la hepatitis C en los pacientes coinfectados. Se incluye por primera vez el tratamiento a todas las personas infectadas desde el momento inicial. Es beneficioso para el individuo y para la salud pública, ya que las personas tratadas y que responden al tratamiento no trasmiten el virus.
¿Hay novedades en el cuidado antes de que se produzca la infección?
Claro. Estos días también se hablará de profilaxis preexposicional, una técnica de prevención para personas sanas que tienen actividades de alto riesgo, y a los que se les puede dar una pastilla al día de antirretrovirales para evitar su contagio. Está dirigido exclusivamente a grupos muy seleccionados de población. Además se presentarán los últimos avances en fármacos antirretrovirales, sobre todo en inhibidores de la integrasa, y en cómo en el futuro se podrá reducir el número de medicamentos necesarios.
¿La vacuna está cada vez más cerca?
Ponerle plazos a la investigación es complicado. Nosotros estamos implicados en programas de desarrollo de vacunas preventivas y terapéuticas, estas últimas posiblemente más fáciles que las otras. Es más, de las terapéuticas tenemos varios modelos ya probados en humanos con una cierta eficacia, y para 2016 hay dos candidatos nuevos (uno en el Hospital Clínic y otro en el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol) que entrarán en estudios piloto en fase I en humanos para comprobar la tolerancia y la respuesta inmunológica. Es un camino abierto y nosotros somos pioneros, jugamos en primera división. Pero yo no le pondría plazos, habrá que ver cómo evoluciona este campo. Cuantos más recursos tienes, más avanzas, por lo que en periodos de crisis económicas existen dificultades para llegar hasta donde nos gustaría.
¿Las cifras de la epidemia en España también se encuentran estancadas?
El número de personas infectadas que viven en España se encuentra entre unas 130.000 y 150.000, de las cuales 100.000 lo saben y el resto no. Es decir, de cada tres personas infectadas, una no lo sabe. Este es un punto importante porque una de las herramientas de prevención es diagnosticar a estas personas infectadas y ofrecerles tratamiento. Si no conocen su enfermedad, es más probable que realicen prácticas de riesgo sin tomar precauciones y que, por tanto, contribuyan a la transmisión del virus.
¿Cuál es la asignatura pendiente en sida?
Para resumirlo, la prevención. La mejor manera de luchar contra una enfermedad infecciosa es que no haya nuevos casos. La mejor herramienta sería una vacuna preventiva que no tenemos aún, ni tendremos en los próximos años, así que hay que utilizar otras armas para evitar el virus. Y entre ellas, algunas son modificar conductas de riesgo, y otras son biológicas, como tratamientos preexposición.