¿Puede cualquier ciudadano entender el descubrimiento del bosón de Higgs? “No en su totalidad, pero sí la esencia de este hallazgo”, sostiene Alberto Casas. Investigador en el Instituto de Física Teórica del CSIC y autor de varios libros de divulgación, ha trabajado en la División Teórica del CERN de Ginebra, el lugar en el que se ha corroborado la existencia de la partícula que trae de cabeza a científicos de todo el mundo: el bosón de Higgs. Casas defiende que la divulgación de la ciencia es, junto a la educación y una mayor inversión en I+D, esencial para que España supere su escasa tradición científica.
¿Cualquier ciudadano puede llegar a entender temas tan complejos como el bosón de Higgs?
Entenderlo en toda su profundidad es difícil, porque requiere conocimientos matemáticos. Pero creo que la esencia de descubrimientos como el bosón de Higgs, a pesar de ser muy complejos, sí puede ser captada por el público en general.
Si tuviera que explicar a un ciudadano sin conocimientos de física de partículas este hallazgo, ¿cómo lo formularía?
Le diría que pensara que hay conceptos que son tan habituales que uno no reflexiona sobre ellos, por ejemplo el concepto de masa. Las cosas tienen masa y peso, pero ¿por qué? Entender esto a nivel de partículas elementales es un problema muy complejo que resolvieron Higgs y otros científicos hace casi 50 años. El mecanismo que idearon consiste en suponer que todo el universo, incluso los espacios vacíos, está lleno de un campo, como si fuera una especie de líquido transparente que lo llena todo. Si no existiera ese campo, las partículas no tendrían masa, serían como pequeñas pelotas de ping pong ligeras. Sin embargo, al existir ese líquido, es como si las pelotas (las partículas), tuvieran una fricción o rozamiento con el líquido debido a la interacción entre ellas y el campo de Higgs. Esa fricción hace que cueste desplazarlas, y esa oposición al movimiento produce exactamente el efecto de una masa. En otras palabras, la masa de las partículas elementales proviene de su interacción con el campo de Higgs, que lo llena todo. Por otro lado, si agitamos ese líquido (campo de Higgs), las ondas que se producen (como las que vemos un estanque) serían los bosones de Higgs.
La siguiente pregunta que le surge al ciudadano es para qué sirve este descubrimiento ¿En qué se puede traducir este hallazgo?
La ciencia básica tiene varias utilidades: la primera es el afán de conocimiento. Los científicos investigan porque quieren saber y eso ya es un valor en sí mismo. Igual que nos gusta saber de historia, arte o filosofía, queremos conocer de qué están hechas las cosas o cómo es el Universo. Además la ciencia básica tiene utilidades prácticas. Poca gente pone en duda la utilidad de la ciencia aplicada, porque nos rodea toda una tecnología sin la cual la vida actual es inconcebible, pero casi toda la tecnología moderna se ha desarrollado a partir de ciencia básica.
¿Por ejemplo?
La microelectrónica está basada en la mecánica cuántica, por ejemplo,. Por otro lado, hacer ciencia básica, como física de partículas en la frontera, suele requerir también tecnología en la frontera. En Ginebra se ha desarrollado mucha tecnología a rebufo del LHC que luego ha tenido utilidad en medicina, criogenia, superconductividad... La ciencia básica aporta mucho a la sociedad. También educación, porque la gente que se forma en ella adquiere una capacidad para afrontar problemas difíciles que luego vuelca a la sociedad. Hay muchos investigadores que han acabado en empresas, bancos... Algunos han triunfado en Wall Street o en la City de Londres. Antiguos estudiantes nuestros están trabajando allí con éxito y su formación era de físicos.
Algunos científicos, como Miguel Delibes, critica en la insistencia de nuestros dirigentes en ligar la ciencia a la utilidad y a la tecnología...
Los políticos están obsesionados con esa utilidad práctica y solo se quiere estimular las actividades científicas con una aplicación inmediata. La ciencia no avanza así. A un científico lo que realmente le motiva es entender mejor la naturaleza. Luego ese trabajo suele tener aplicaciones prácticas. Pero no es conveniente ligar la ciencia a ello porque puede haber avances en los que la aplicación no sea inmediata sino que tarde muchos años en surgir.
Incluso habrá ocasiones en las que no llegue a traducirse en una aplicación práctica.
Efectivamente. Por ejemplo, la teoría del Big Bang. No conozco ninguna aplicación práctica a partir de ella. Sin embargo, me parece un avance extraordinario del siglo XX haber llegado a entender cómo y cuándo comenzó el Universo.
La obsesión que comentas de los políticos por la utilidad práctica de la ciencia ¿explicaría también la marginación las humanidades?
Sí, seguramente les pasa exactamente lo mismo. De hecho la filosofía tiene puntos en común con la física teórica. Al fin y al cabo se interroga sobre el mundo y su esencia. Imagino que por eso sufrirá los mismos rigores que nosotros o peores.
La ciencia sirve para avanzar en el conocimiento, el progreso, la tecnología... ¿Qué hay de sus riesgos?
A medida que uno conoce más el mundo y tiene más herramientas para manipularlo, adquiere un poder que puede utilizarse de manera positiva o negativa. Esto siempre es así. Fabricar un cuchillo, que es tecnología, fue un gran avance porque permitió hacer muchas cosas, pero también asesinar a gente. Ganar poder y conocimiento sobre la naturaleza implica una gran responsabilidad porque se puede utilizar para bien o para mal. También añadiría que, aunque la ciencia tiene riesgos, la ausencia de ella es un riesgo mucho mayor, como nos enseñan las épocas más tenebrosas de la historia.
¿Esto podría aplicarse al propio descubrimiento del bossón de Higgs? Algunos alertaron sobre la posibilidad de que el LHC generase pequeños agujeros negros...
Sí, aquello levantó bastante polémica, pero es un ejemplo de un falso riesgo que difundió gente que eran seudocientíficos. Teníamos pruebas apabullantes de que no existía el más mínimo riesgo. Todas las teorías indicaban que era prácticamente imposible producir un agujero negro, solamente algunas muy exóticas decían lo contrario. Pero incluso esas teorías sostenían que, de producirse, se desintegraría inmediatamente. Se podría argumentar: ¿Y si las teorías están equivocadas y se produce un agujero negro que no se desintegra, empieza a chupar materia y al final se traga toda la Tierra?
Y eso no es posible...
No. Aunque en el LHC se consiguen colisiones muy energéticas, no son las únicas. La Tierra recibe cada día unas 10.000 colisiones por segundo tan energéticas como las del LHC o más y existe desde hace 5.000 millones de años. Nunca se ha producido un agujero negro que se haya tragado la Tierra, los planetas o las estrellas. Sí puede haber riesgos en otras ocasiones, como sucedió con la bomba atómica o con algunos avances biológicos.
¿Hasta qué punto es importante explicar a la sociedad avances como el higgs?
Es esencial. La ciencia es un gran motor de la sociedad y acercarla a los ciudadanos permite que estos la valoren. Además ayuda a que sobre todo los niños y los jóvenes descubran su vocación científica. También es importante para que los profesores, especialmente de Secundaria, estén al día de los últimos avances y se los transmitan a sus alumnos. La divulgación científica es esencial para la sociedad y una responsabilidad para los científicos, o casi una obligación, porque estamos financiados por dinero público y tenemos que explicar para qué se utiliza.
¿Es exclusivamente responsabilidad de los científicos divulgar la ciencia o deben implicarse otros agentes de la sociedad?
Sería deseable que se implicasen otros agentes. Hacer divulgación buena y con alcance requiere fondos. De la misma manera que las empresas o los bancos apoyan actividades deportivas, sería interesante que apoyaran la divulgación científica. A mí me gusta mucho y le dedico tiempo, pero si no fuera por la ayuda que me dan instituciones o empresas, sería imposible llevarla a cabo.
¿Qué papel deben jugar los medios de comunicación?
Tienen un papel esencial, pero, aunque algo han mejorado, normalmente no hacen divulgación científica. Por ejemplo, los canales de televisión promocionan o incluso producen series de contenido histórico. Hay temas científicos apasionantes que servirían para hacer series muy atractivas y sin embargo es algo en lo que creo que no piensan.
¿Fomentar la divulgación serviría para paliar el déficit de cultura científica de nuestra sociedad?
Creo que es un punto importante, pero hay otros esenciales como la educación. Cuando veo los libros de texto de física, pienso que muchas veces no se enseña bien en Secundaria. Podría mejorarse mucho. Otro aspecto importante sería el apoyo a la ciencia misma, es decir, a los investigadores, y ahora mismo estamos bajo mínimos. Seguramente estas dos cuestiones sean lo más importante. Pero la divulgación también lo es, porque contribuye a que la sociedad valore la ciencia.
Cuando hablas de más apoyo a la ciencia ¿se refiere exclusivamente a más inversión en I+D?
En gran medida sí, aunque por supuesto hay que invertir con sensatez. Ahora uno de los problemas más importantes que tiene la ciencia en España, y en mi campo el más grave, es que no se está produciendo el relevo generacional de científicos. Tendría que estar entrando savia nueva, pero como no hay ningún horizonte de estabilización, los mejores científicos o se quedan fuera o se marchan. En unos años nos encontraremos con un sistema científico en el que los investigadores serán pocos en número y no precisamente los más brillantes.
Pinta un panorama negro...
Ha costado muchos años crear el tejido científico que tenemos. En muchísimos campos la ciencia española está al mismo nivel que en los mejores países. Eso se está yendo al garete a toda velocidad. O se reacciona o pagaremos las consecuencias más tarde. Con la educación pasa lo mismo. Son temas en los que el impacto producido por la falta de apoyo no se nota inmediatamente sino dentro de 10 o 15 años. Por eso a los políticos no les importa tanto recortar en ellos.
De nuevo primarían los resultados inmediatos...
Efectivamente. Es curioso, porque esta crisis se ha originado en gran medida por actitudes cortoplacistas que produjeron las burbujas; y parece que no hemos aprendido la lección porque seguimos obsesionados con los resultados a corto plazo. Hay cosas que tienen otro tempo que hay que respetar porque si no te las cargas. Las sociedades más envidiadas tienen sistemas científicos fuertes e invierten muchísimo en ciencia. EEUU, Alemania, Japón... No es por casualidad.
¿Cuáles serían las causas de nuestra falta de tradición científica frente a esas sociedades?
El problema viene de muy atrás. En la época del Renacimiento, cuando empezó a desarrollarse la ciencia moderna en Italia y luego en Inglaterra, España ya se quedó descolgada. Apenas ha habido grandes científicos españoles. ¿Por qué? No sé si tuvo que ver la religión, la contrarreforma, los gustos de los reyes... Nuestra historia no ha sido muy brillante desde aquella época y exceptuando casos como el de Ramón y Cajal –es asombroso que apareciera un genio en el erial que era España en aquel momento– o Severo Ochoa, que desarrolló su carrera en EEUU, nunca hubo una tradición científica. Aquí se valoraba poco la ciencia y ser culto era saber mucha historia, muchas fechas, pero no conocer la estructura atómica. Así que es un problema que hemos heredado y que hay que combatir haciendo buena ciencia y divulgándola. La importancia que se da a la divulgación en países como Alemania, EEUU o Inglaterra es impresionante. Se considera que es una parte del trabajo científico. Eso en España no existe y de alguna manera está todo relacionado.
¿No está suficientemente valorada la divulgación de la ciencia en nuestro país?
La tarea principal de un científico es hacer ciencia y no la divulgación. Pero igual que se asume que los científicos tienen que hacer una tarea de formación de estudiantes y doctores, no está tan asumido que también tenemos una responsabilidad de divulgar. Aún tenemos un camino por recorrer en ese sentido. Se requiere un cambio de mentalidad. Tienen que ser los propios científicos quienes valoren la divulgación. Aunque creo que vamos mejorando respecto a hace 20 años. Cuando yo comenzaba a investigar, si habías hecho algo de divulgación casi tendías a ocultarlo.
En ese afán de acercar la ciencia a la ciudadanía, se repite mucho la idea de ‘ciencia con y para la sociedad’. Algunos científicos consideran que implica una concepción utilitarista de la ciencia. ¿Qué opina?
Yo tendería a ser un poco elitista en ese sentido. Creo que hay que contar con la sociedad, hay que divulgar la ciencia, hay que escuchar la opinión de la ciudadanía porque gracias a su generosidad podemos investigar, pero la ciencia no debe dirigirla la sociedad porque es una materia muy especializada. La UE impulsó una encuesta por internet en la que se preguntaba a la gente cuáles pensaba que eran los temas científicos más importantes para investigar. Se hizo una votación y luego hubo un pomposo acto en Bruselas. A mí todo eso me parece terriblemente superficial, porque para saber si un tema tiene o no interés hace falta conocer muy bien ese campo. La ciencia la deben dirigir los científicos.
De hecho Ciencia con y para la sociedad es un eslogan que recoge el programa Horizonte 2020 de la UE
Soy bastante crítico con las políticas comunitarias. Es verdad que Europa invierte en ciencia, pero lo hace de una manera terriblemente dirigista y muy orientada a ciencia con aplicaciones prácticas. Los que hacemos ciencia básica los estamos sufriendo de una manera bestial. Ahora, quitando las starting y advanced grants, que son proyectos muy concretos y personalizados, los grandes programas de la UE son todos para ciencia orientada a la aplicación. Luego los gobiernos recogen las directrices europeas cuando hacen sus convocatorias de proyectos. Aquí las comunidades autónomas –al menos en el caso de la Comunidad de Madrid me consta que es así– prácticamente calcan las tendencias que vienen de la UE. Por eso lo de ‘ciencia con y para la sociedad’ es algo que ahora vemos mucho en las convocatorias. Pero por ejemplo, la investigación en física de partículas, ¿es para la sociedad? Es para entender mejor la naturaleza, y creo que eso es valioso para la sociedad.
Con esa concepción quedan automáticamente excluidas muchas áreas del conocimiento...
Sí, de hecho en la última convocatoria de la Comunidad de Madrid, nuestro Instituto de Física Teórica, que había conseguido proyectos en años anteriores, no ha podido siquiera solicitar nada parecido porque no hay ningún apartado que recoja nuestras líneas de investigación. Teníamos las mejores evaluaciones y simplemente nos han dejado sin sitio.
¿Es complicado compaginar la carrera científica con la vida personal y familiar?
Tiene ventajas e inconvenientes. El inconveniente es que cuando eres joven tienes que pasar varios años fuera de España, de un lado para otro y sin saber si podrás volver. Eso puede dificultar mucho llevar adelante un proyecto familiar. Cuando ya estás establecido y tienes una familia te vienen picos de trabajo. A veces no te ven el pelo, pero a la vez es una profesión bastante flexible. No sería muy crítico al respecto.