Tras su paso como profesora visitante por las universidades estadounidenses de Harvard, Berkeley y California San Diego, SINC habla con la filóloga Juani Guerra, traductora al castellano de Jane Austen y Henry James, y cuya investigación da otra vuelta de tuerca a los estudios en Humanidades que se realizan en España, con una nueva aproximación desde ángulos como la biología evolutiva o la neurofilosofía.
Guerra ejerce de profesora titular en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), donde dirige desde hace seis años el programa en Estudios Cognitivos del Lenguaje. Además, es miembro del comité directivo de la Sociedad Internacional para el Estudio de la Narrativa Breve, con sede en EE UU.
Se ha rodeado de un buen grupo de expertos en la Universidad de California San Diego (UCSD) ¿Quiénes lo forman y sobre qué están investigando?
Lo que estamos haciendo en San Diego está directamente relacionado con la teoría de integración conceptual. Desde que Gilles Fauconnier lo creó, el Departamento de Ciencias Cognitivas la UCSD se ha convertido en un centro de investigación puntero en dinámicas de backstage cognition (sistemas de cognición preconceptual) en casi todas las disciplinas académicas, en especial en las que estudian el lenguaje y la comunicación. Lo importante para nosotros es que en California se trabaja de un modo multidisciplinario, la única plataforma académica posible en la que puede avanzar nuestro espacio de Poética Cognitiva: con neurobiología de las emociones como la de Antonio Damasio; neurobiología de la conciencia como la de Gerald Edelman; Biología evolutiva como la de Terrence Deacon; Cognición animal como la de Bearzi y Stanford, Psicología Evolutiva como la de Michel Tomasello, Neurofilosofía como la de Patricia Churchland…
¿Es posible imaginar algo parecido en España?
Mi objetivo principal aquí es reproducir en Las Palmas la organización de la UCSD como centro investigador por su alto grado de interdisciplinariedad funcional. En San Diego estoy en el Laboratory of Embodiment and Cognition, dirigido por Rafael Núñez, donde se trabajan los procesos de conceptualización de las abstracciones temporales y matemáticas. Este investigador participa en un nuevo proyecto I+D+i de análisis de una posible alteración en los estados de conciencia del hablante canario reflejada en el lenguaje. Nuestro grupo ha detectado ciertas anomalías narrativas que pueden ser motivadas de forma “bio-cultural”, a partir del afianzamiento cognitivo de la estructura lingüística “una hora menos en Canarias”, repetida a diario en los medios durante muchos años. Esto quiere decir que los procesos específicos de conceptualización del tiempo en el español estándar sufren modificaciones (adaptaciones al medio canario) y se proyectan en otros conceptos construyéndolos de modo único.
¿En España hay un cuerpo sólido de investigadores en materia cognitiva?
En nuestro proyecto contamos con participantes de prestigio internacional, como Francisco Ruiz de Mendoza (Universidad de La Rioja), Enrique Bernárdez (UCM) o Emmanuel Lizcano (UNED). En general, el Departamento de Ciencias Cognitivas de San Diego es muy integrador y transdisciplinario. Es lo que deseo conseguir en nuestro grupo canario.
¿Cree que el futuro de la investigación en humanidades está en solapar unas disciplinas con otras?
En este momento, los estudios cognitivos del lenguaje son pioneros en la investigación interdisciplinaria sobre el pensamiento humano gracias al espectacular desarrollo de las ciencias cognitivas experimentado en las últimas décadas. Neurobiólogos, neuropsicólogos y otros especialistas en cognición y construcción de significado dentro de disciplinas consideradas tradicionalmente más humanistas como la lingüística, la poética, la sociología o la antropología estamos trabajando hoy unidos. Las actuales ciencias cognitivas son un buen ejemplo de “la nueva alianza entre las dos culturas”, de la que hablaba el Premio Nobel Ilya Prigogine en su libro sobre la nueva metamorfosis de la ciencia que históricamente hemos separado casi desde la Ilustración.
¿De qué forma se utilizan las técnicas de neuroimagen y los estudios en psicología o inteligencia artificial en provecho de la Poética Cognitiva?
Se están produciendo continuos avances en la investigación sobre procesos cognitivos y producción de símbolos como los que han articulado la historia de nuestra literatura mediante la utilización del escáner cerebral con distintas técnicas como PET (Tomografía por Emisión de Positrones) o fMRI (Imágenes de Resonancia Magnética funcional). Éstas permiten observar la actividad cerebral en el momento en que el individuo realiza la tarea. Todos los documentos: textos, grabaciones, imágenes, etc. que revelan algo de esta actividad cognitiva corporeizada, situada, distribuida y sinérgica en la evolución de los seres humanos están en la parrilla de salida de nuevos trabajos de investigación en poética cognitiva. Se trata de localizar alguna anomalía y observarla en nuestro laboratorio interdisciplinario con la metodología y los modelos cognitivos apropiados, unos modelos que se están desarrollando muy rápido. Son las nuevas Humanidades, impensables sin la naturalización de la interdisciplinariedad.
¿Podría decirse que para el cerebro no existen diferencias entre el lenguaje literario y el cotidiano, que siempre estamos narrando o escuchando narrar?
El lenguaje, en su uso, es la punta del iceberg de toda nuestra construcción cognitiva. Todos los procesos fundamentales se desarrollan entre bastidores: aparecen nuevos dominios, se forjan las relaciones, significados abstractos se vuelven operativos, estructuras internas emergen y se disipan, el punto de vista y el enfoque se modifican en su evolución. La conversación diaria o el sentido común se fundamentan en creaciones mentales muy abstractas e invisibles que el lenguaje ayuda a guiar por distintas trayectorias en un sistema complejo, con un alto grado de autoorganización, pero que el lenguaje no define por sí mismo. De hecho, históricamente, la teoría o ciencia poética siempre se ha constituido a partir de cómo elaboramos narrativamente nuestro mundo, tanto en prosa diaria como en novela, tanto en una declaración de amor como en un poema, tanto en una conversación improvisada como en un diálogo de Platón.
¿Qué cosas hace falta investigar ahora que la disciplina se está asentando?
Es necesario investigar qué sustratos neurobiológicos y qué procesos prelingüísticos y preconceptuales fecundan nuestras estructuras narrativas, en particular a tres niveles: ontogenético, filogenético y cultural. En éste nuevo “árbol de la ciencia” no puede haber tapujos porque todo se viene abajo: un teórico literario debe interesarse en cómo agarramos una taza porque muchos de los pasos sensoriales-cognitivos coinciden con cómo leemos un texto, y un neurobiólogo debe interesarse por cómo contamos un chiste o representamos un papel de teatro.
Se han localizado áreas en el cerebro cuya actividad está asociada al oído musical o a la creatividad de los músicos de jazz ¿pueden aplicarse estudios similares al fenómeno de la creación literaria?
La musicología cognitiva está empezando a despuntar, e integra esos descubrimientos desde la neuroimagen. Claro que se van localizando áreas de creatividad: el último descubrimiento llamativo es el de las neuronas espejo, de las que se dice que son para la psicología lo que el descubrimiento del ADN para la biología. Piensa en las implicaciones de éstas para las actividades cognitivas, la imaginación narrativa, la construcción de iconos, la creación-recepción textual o visual. Muchas de las cuestiones más confusas sobre el arte de la ficción quedan respondidas.