Neil Harbisson percibe el mundo en blanco y negro debido a una condición congénita llamada acromatopsia. El 'eyeborg' es su tercer ojo. Este dispositivo tecnológico, adherido su cabeza, traduce los colores a tonos musicales. Ahora quiere implantarse la herramienta en el cráneo para mejorar esta habilidad adquirida.
¿Cómo funciona la pequeña cámara que le cuelga de la frente?
El 'eyeborg' es un sensor de color que capta la frecuencia de luz del objeto que tengo delante y la traduce a sonido. Así percibo las tonalidades cromáticas. El primer prototipo lo diseño el ingeniero informático Adam Montandon en el año 2004. Dependía de un ordenador que carreteaba en mi espalda para que el software tradujera el espectro electromagnético. Matías Lizana, del Tecnocampus Mataró-Maresme, consiguió desarrollarlo en un chip que llevo instalado en la nuca para escuchar los colores por vía ósea, a través de presión en el hueso occipital.
¿Qué relación hay entre los colores y los sonidos?
Los dos elementos son frecuencias: el color es una frecuencia de luz y el sonido es una frecuencia auditiva. Mi ojo electrónico no traduce los colores a notas musicales de forma arbitraria, hay una escala que clasifica las frecuencias de color en notas musicales.
¿A qué suenan los colores?
Un color es una combinación de luminosidad, tono y saturación. El primer atributo no lo traduzco a sonido porque percibo los diferentes grados de potencia que emite un cuerpo, sé cuando algo es claro u oscuro. El tono corresponde a notas musicales y la saturación a diferentes niveles de volumen. Al principio solo identificaba seis colores, pero mi objetivo era reconocer uno por cada grado del círculo cromático. Cuando conseguí diferenciar los 360, me di cuenta que podía ampliar mi espectro visible más allá del ojo humano convencional. Ahora soy capaz de percibir infrarrojos y ultravioletas cercanos, cosa que vosotros no hacéis. El blanco y el negro no suenan, por supuesto.
Percibe sonidos auditivos, como todos, pero también sonidos visuales. Es como si viviera la realidad en modo estéreo.
Yo ahora tengo tres orejas: la izquierda, la derecha y la de detrás de la cabeza. Por la nuca escucho a través del hueso, por lo tanto, es como una tercera oreja que en este caso me permite escuchar los colores. La diferencia es que escucho a través del hueso. Son como dos entradas de audio diferentes. Una cosa es lo que entra por las orejas, que son sonidos auditivos, y otra lo que entra por el hueso, los sonidos visuales, que son los colores.
¿Cómo sabe si dos colores combinan bien entre sí?
Yo me visto de manera que suene bien, no para verme bien. Si quiero vestir alegre y armónico, me visto con un acorde mayor, como do-mi-sol. Es decir, azul turquesa, rosado y amarillo.
¿Sueña en color?
Lo conseguí cinco meses después de escuchar colores. Ya no soy consciente de la traducción de mi percepción, el proceso es automático.
¿El 'eyeborg' le convierte en el primer cíborg de la historia?
No, yo no soy el primer cíborg de la historia. Hay gente que así lo considera, porque para aparecer con el aparato electrónico en la foto de mi pasaporte inglés tuve que justificar que formaba parte de mi cuerpo. Puede ser que sea el primer cíborg reconocido por un gobierno, pero para mí existen desde hace muchos años.
¿Y por dónde andan?
Stephen Hawking es uno de ellos. El científico habla a través de un ordenador y la voz del sintetizador la considera como propia. Pero él no habla, utiliza un ordenador para comunicarse con el mundo. Yo lo considero un cíborg porque la parte electrónica forma parte de su cuerpo, como las personas con deficiencia auditiva que llevan implantes cocleares para escuchar mejor.
Su idea es integrar la tecnología en su cuerpo y que no sea un elemento externo como ahora, pero el implante suscita muchas consideraciones éticas. ¿Ha conseguido convencer a alguien para que le opere?
Mi idea es osteointegrarme la entrada de sonido en el cráneo antes de finales de año. La operación es como instalar un conector de audio ‘minijack’ en la cabeza. Quiero que el sonido vaya directo al hueso, en lugar de a presión como hasta ahora. Entonces habrá dos agujeros más, uno para el chip y otro para la antena del sensor del color que ahora llevo en la cara. Estamos viendo qué parte del cráneo se tiene que perforar. En total son tres orificios. La idea es que a los dos meses de operarme, el hueso y el implante se integren para empezar a escuchar colores.
¿Por qué creó The Cyborg Foundation?
Decidimos crear una fundación porque durante los últimos años nos ha contactado mucha gente que quiere extender sus sentidos y habilidades mediante la aplicación y extensiones cibernéticas de su cuerpo. Hasta crear nuevas sensibilidades. Desde entonces hacemos colaboraciones con universidades y con personas independientes.
A parte del 'eyeborg', ¿hay más catálogo de dispositivos?
El 'earborg' realiza el proceso inverso del 'eyeborg' que yo llevo. En lugar de traducir colores a sonidos, traduce sonidos a color. Por lo tanto, puedes visualizar en directo las frecuencias de sonido que emite una persona cuando habla. Hasta de un concierto de música en directo. Otro de los sensores te permite saber dónde está el norte en todo momento y vibra cuando estás encarado en esa dirección. También estamos trabajando con sensores de movimiento, como unos pendientes que en realidad son dispositivos que te permiten percibir movimiento.
¿Todos seremos cíborgs?
Creo que este siglo dejaremos de utilizar la tecnología como herramienta y empezaremos a utilizarla como parte de nuestro cuerpo, porque nos ayudará a extender sentidos y percepciones. Utilizar herramientas con las manos todo el rato no es práctico. Estoy seguro de que las nuevas generaciones dejarán de utilizar la tecnología como herramienta y, en vez de crear aplicaciones para el móvil, crearemos aplicaciones para el propio cuerpo.