Si existe un postre famoso en Ávila son las yemas de Santa Teresa. Elaboradas únicamente a partir de la yema del huevo y de azúcar, esta golosina lleva siglos endulzando los paladares de los abulenses y de los turistas que cada día regresan a sus lugares de origen con, al menos, una cajita de yemas en la maleta. Pero en todos estos años de vida, los reposteros han tenido que luchar contra un factor determinante: su caducidad. Ahora, ese problema ha finalizado gracias a la última innovación tecnológica del departamento de Investigación y Desarrollo de Yemas de Santa Teresa, la principal productora de este postre a nivel mundial.