Los niños que aspiran a profesiones consideradas típicas de su sexo tienen el doble de posibilidades de terminar desempeñando alguna de ellas en la edad adulta. Sin embargo, solo un 6% acaba en las ocupaciones a las que aspiraban siendo niños, según un estudio de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M).
Dos de cada tres jóvenes en edad de entrar en la universidad no tienen claro qué estudiar.