Una de las consecuencias del cambio climático es la intensificación del ciclo hidrológico, es decir, más sequías y tormentas más intensas y frecuentes, lo que provoca un aumento en la frecuencia de los ciclos de secado y rehumedecido del suelo. Un equipo internacional de investigadores, liderado por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, acaba de publicar un estudio en la revista Global Change Biology en el que se destaca el papel modulador de la deposición de nitrógeno sobre las respuestas de los suelos de bosques templados al cambio climático.