Investigadores de la Universidad de La Laguna han hecho un seguimiento de 240 familias biparentales para observar el impacto que tiene la permanencia de los hijos e hijas en el hogar familiar durante la adolescencia y la adultez emergente (de los 18 a los 25 años). Según sus resultados, si los vástagos conviven con sus padres en esta última etapa, los conflictos en casa aumentan.