Investigadores de España y EE UU han desarrollado un dispositivo de espectrofotometría que se acopla al móvil para analizar sustancias, como la vitamina C, en diversas muestras. Este sistema portátil y económico funciona en tiempo real y está disponible para controles de calidad en sectores como el farmacéutico y el alimenticio.
Investigadores del Centro Tecnológico Empresarial Agroalimentario CTIC-CITA, en La Rioja, han puesto a punto una técnica de microencapsulación que permite introducir vitamina C y fibra alimentaria en el embutido crudo curado sin que estas sustancias se degraden durante el proceso de elaboración y su posterior digestión. El proyecto, denominado Microfood, abre las puertas a la obtención de alimentos funcionales más eficaces e innovadores.
Por la cantidad relativamente baja de vitamina C en el tomate, uno de los frutos de mayor consumo en la dieta mediterránea, investigadores andaluces han aumentado por primera vez esa proporción en un 15% y lo han logrado gracias a técnicas de ingeniería genética. Según el estudio, los científicos transfirieron el gen de la fresa, que tiene mayor contenido en este nutriente, a la planta del tomate para crear un producto con aporte extra de vitamina C y una mayor capacidad antioxidante.
Expertos de la Universidad de Sevilla publican un estudio en el que comparan la capacidad antioxidante de zumos de diferentes variedades de naranja mediante métodos químicos y biológicos. Este equipo de científicos estudia también los carotenoides.
Consumir gazpacho habitualmente puede contribuir a disminuir la presión arterial hasta un 27%, según un estudio publicado en la revista Nutrition, Metabolism & Cardiovascular Diseases. se trata de un alimento con un alto contenido en carotenoides, vitamina C y polifenoles. El balance final entre los compuestos bioactivos del gazpacho y su contenido en sal hace que el producto sea cardiosaludable.
“Los antioxidantes no son la panacea y no todos se comportan de igual manera en la dieta. Algunos, en función de la dosis, pueden tener efectos nocivos o neutros, por eso necesitamos más estudios para saber cómo actuarán en cada dieta”. Así lo aseguró la investigadora Patricia Pérez Matute con motivo de las IV Jornadas de Actualización en Nutrición, celebradas en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Navarra.
Los investigadores evaluaron cómo varía el contenido de vitamina C de los zumos de naranja y las bebidas de té mientras están en las estanterías.