Un equipo internacional de investigadores ha analizado restos fósiles de ADN humano para realizar un seguimiento del posible origen del virus de la hepatitis B. Los hallazgos desvelan que su propagación geográfica y evolución están estrechamente relacionadas con la dinámica de la población humana y las migraciones. Los expertos han observado además que una cepa prehistórica ha resurgido en la actualidad.