Si de aquí al 2050 cambiamos el 50 % de los productos animales por otros de origen vegetal se reduciría un 31 % los gases de efecto invernadero que emite el sector agrícola y ganadero, además de detenerse la degradación de bosques. Así lo revela un modelo sobre el impacto ambiental mundial de nuestras dietas.
Un equipo de investigación de la Universidad Rey Juan Carlos y el Instituto Botánico de la Universidad de Castilla-La Mancha ha descubierto que las plantas que están presentes dentro de una comunidad con alta diversidad filogenética, es decir, que se rodean de vecinos alejados desde el punto de vista evolutivo, sobreviven y se reproducen más.
Un nuevo estudio publicado en la revista BMJ Nutrition Prevention & Health relaciona el seguimiento de una pauta alimentaria rica en frutas y verduras, o también con pescado, con un 73 y un 59 % menos de probabilidades, respectivamente, de sufrir de forma moderada a grave la enfermedad causada por el coronavirus. Se trata de un estudio observacional, por lo que no se puede establecer una causa-efecto.
La duración de una flor está condicionada por los efectos del estrés fotooxidativo en el proceso de crecimiento de la planta, incluso durante la apertura de los pétalos, según un artículo publicado en la revista Plant Science. Esta investigación abre nuevos horizontes en el diseño de productos para alargar la vida de las flores con interés económico en agricultura.
Investigadores del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana han llevado a cabo un estudio sobre la eficacia de la recolección de bellotas por las poblaciones humanas del Pleistoceno en la Sierra de Atapuerca (Burgos). La investigación demuestra que el consumo ciertos vegetales resultaba más eficiente desde el punto de vista energético que el aprovechamiento de recursos animales.
Desde la invención de la agricultura, hace 10.000 años, el ser humano ha transformado de tal manera algunas plantas y animales que ahora estas especies serían incapaces de sobrevivir en la naturaleza. Ejemplo de ello es el maíz, fruto de la modificación genética. Sin embargo, según la FAO, para 2050 la producción de alimentos deberá aumentar un 70% para abastecer a la población mundial. Ahora, el reto de la agrigenómica es encontrar las especies del futuro.
Un estudio coordinado por investigadores del CSIC ha revelado dos nuevos géneros de Boragináceas, familia de plantas con las flores más diversas del mundo. La investigación se enmarca en el Proyecto Cero sobre especies amenazadas. Sus nombres significan "recuérdame" y "Japón".
¿Cómo podemos aprovechar la gran cantidad de residuos de frutas y hortalizas que la industria agroalimentaria desecha? La obtención de energía, agromateriales y nuevos alimentos es una de las opciones propuestas por los investigadores del Proyecto Europeo Value, coordinado por la Asociación para la Investigación, el Desarrollo y la Innovación Alimentaria de La Rioja (CTIC-CITA).
¿Cómo se pueden aprovechar los desechos vegetales que generan las industrias agroalimentarias? La obtención de energía, agromateriales y nuevos alimentos es una opción. El Proyecto Value coordinado por la Asociación para la Investigación, el Desarrollo y la Innovación Alimentaria de La Rioja (CTIC-CITA), aporta algunas soluciones tecnológicas para conseguirlo.