Un estudio del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares concluye que la toxicidad de compuestos farmacológicos utilizados para interferir con la angiogénesis, es decir, la creación de vasos sanguíneos nuevos en el cáncer o en enfermedades cardiovasculares, no se puede explicar por los cambios genéticos que producen.
Científicos de Cambridge han identificado una señal clave que el feto utiliza para controlar su suministro de nutrientes desde la placenta, lo que revela un tira y afloja entre los genes heredados del padre y de la madre. El estudio, realizado en ratones, podría explicar por qué algunos bebés no se desarrollan correctamente en el útero.
Un estudio liderado por científicos españoles revela que las células madre del cuerpo carotídeo adulto se transforman en vasos sanguíneos, además de en neuronas. Los resultados se publican en Cell Reports.
Un estudio de la Universidad Carlos III de Madrid ha realizado una descripción matemática de cómo los tumores inducen el crecimiento de vasos sanguíneos. Los autores sostienen que las puntas de los vasos se propagan como un solitón, es decir, como una onda solitaria similar a un tsunami.
Un equipo del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona describen en moscas que la concentración de unos pequeños orgánulos intracelulares determina la capacidad de ramificación de las células traqueales. Las células traqueales son estructuras análogas a las células que forman los vasos sanguíneos del cuerpo humano. Inhibir o promover la formación de nuevo vasos tiene implicaciones en cáncer y regeneración de tejidos.
Una bioimpresora ha servido para crear en el laboratorio estructuras de tejidos humanos capaces de madurar y vascularizarse. Aunque aún no están listas para trasplantarse, estas estructuras, creadas por especialistas en medicina regenerativa de EE UU, tienen el tamaño y la estabilidad adecuadas para reemplazar partes del cuerpo. El sueño de los ingenieros de tejidos está más cerca.
Un equipo de la Universidad de Granada y del Servicio Andaluz de Salud ha patentado un dispositivo para facilitar las operaciones de anastomosis, una conexión quirúrgica entre dos estructuras tubulares, como los vasos sanguíneos o las asas del intestino. El dispositivo, que ahorrará complejas técnicas quirúrgicas con elevados costes y alta morbilidad, consiste en un tubo tridimensional de material biocompatible y reabsorbible que funciona de de la misma forma que el conducto nativo.
Tras colocar un stent para restablecer el flujo sanguíneo puede ocurrir una restenosis, una nueva obstrucción debida a la proliferación de las células de la musculatura lisa de las paredes interiores de los vasos sanguíneos. Un equipo internacional de investigadores ha avanzado ahora en su tratamiento.
La visfatina es una proteína que se produce en el tejido adiposo, especialmente en los pacientes obesos y diabéticos. Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid, en colaboración con el Hospital de la Princesa y el Hospital de Getafe, han demostrado que esta proteína, que puede pasar del tejido graso a la circulación, es capaz de inflamar los vasos sanguíneos, favoreciendo la aparición de complicaciones cardiovasculares asociadas a enfermedades metabólicas como la obesidad o la diabetes.
Investigaciones realizadas en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) han puesto de manifiesto que cambios en la temperatura corporal pueden favorecer el despegue de las placas de ateroma de las paredes de las arterias y que incorporadas al torrente sanguíneo pueden provocar trombosis e infartos.