El fenómeno hípster no deja de crecer. Los científicos también han dirigido su mirada hacia este colectivo y han analizado desde su vestimenta y alimentos preferidos, hasta su gusto por los objetos del pasado y su toque de ironía. También han echado mano de herramientas web para comprobar en qué locales se reúnen, e incluso cómo aceptan las campañas antitabaco para que dejen de fumar. Hasta las matemáticas y la neurobiología se han fijado en estos llamados inconformistas.