Científicos de Cataluña han relacionado por primera vez factores obsesivo-compulsivos leves con características y alteraciones concretas de la anatomía cerebral. Mientras que el trastorno obsesivo-compulsivo es un trastorno mental grave que afecta a entre un 1 y un 2% de la población, los síntomas leves, en cambio, son muchos más frecuentes. Este trabajo abre una nueva vía en la planificación de estrategias de prevención para los trastornos de salud mental a largo plazo.
El contexto social modula los mecanismos neuronales responsables del trastorno obsesivo-compulsivo. Los resultados de un reciente estudio abren la puerta a nuevas investigaciones sobre las opciones terapéuticas basadas en la simulación de determinados escenarios sociales.
Un equipo de las universidades Autónoma de Barcelona y de Harvard (EE UU) ha logrado excitar con luz las neuronas de la amígdala cerebral que juegan un papel crucial en los recuerdos relacionados con el peligro. Según los autores, la investigación abre la puerta a nuevas dianas terapéuticas en el tratamiento de las fobias, el trastorno obsesivo-compulsivo o el de estrés postraumático.
Daamian Denys investiga una técnica que implanta electrodos en el interior del cerebro y que es tan efectiva en el tratamiento de trastornos psiquiátricos que plantea nuevos dilemas neuroéticos.