Un diagnóstico temprano y un tratamiento exhaustivo pueden marcar la diferencia en la calidad de vida de las personas con esta condición. La científica egipcia Nagwa Abdel Meguid ha creado una biblioteca genética para entender estos trastornos, mientras avanza en el desarrollo de terapias.
Incluso cumpliendo los límites permitidos por la Unión Europea, las partículas finas se asocian con una reducción del cuerpo calloso, una estructura relacionada con el TDAH y el espectro autista. Concretamente, un aumento de 7 μg/m3 en los niveles de estas partículas se asoció con una reducción de casi el 5 % del volumen medio del cuerpo calloso.