Un equipo de biólogos de la Universidad de Florida (EE UU) ha analizado el caparazón de 15 tortugas boba (Caretta caretta) para entender su comportamiento a la hora de alimentarse. Los resultados, que se publican ahora en Biology Letters, indican que las tortugas son muy individualistas para seleccionar las rutas por las que viajan y para conseguir alimentos.
Investigadores españoles y franceses han demostrado que la salinidad del agua del mar podría ser la “barrera” que impide que las tortugas se muevan entre las áreas del Mediterráneo Occidental. Por eso las tortugas boba del sur y del norte del Mediterráneo occidental no se mezclan entre sí en su estadio juvenil. El hallazgo puede favorecer medidas de protección para esta especie migratoria.
Tortuga boba
El mapa (b) muestra el lugar de recaptura de las tortuga boba en el Atlántico y el Mediterráneo.