Investigadores españoles analizaron rastros fósiles en Los Corrales del Pelejón, Galve (Teruel), y profundizaron en cómo era el ambiente y el modo en que afectaba al desplazamiento de los dinosaurios. Entre las nuevas aportaciones que arrojan aquellas huellas, se destaca la observación de que los animales caminaban en los márgenes de una pequeña laguna cercana a un cauce fluvial.
Un estudio filogenético comparativo arroja luz acerca de cómo estos dinosaurios evolucionaron hacia diferentes tamaños. En algunos de ellos, el crecimiento parecía no detenerse hasta estadios muy tardíos de la vida.
Ilustración de Yi qi en la que se aprecia el parecido de sus alas con las de los murciélagos. / Dinostar Co. Ltd
Yi qi –‘ala extraña’ en mandarín– fue una especie de dinosaurio perteneciente a la familia de los terópodos que vivió hace más de 163 millones de años. La anatomía de sus extremidades es lo que más ha llamado la atención al grupo de investigadores que en un principio pensaba que no era capaz de volar. En realidad, el hueso que se extendía desde cada una de sus muñecas le permitió tener una estructura aérea similar a la de las ardillas voladoras o los murciélagos.
Concavenator corcovatus da información detallada sobre la evolución temprana de algunas estructuras de los terópodos y podría ayudar a identificar algunos restos fragmentarios del Cretácico Inferior europeo.